1. Ayudando a Mamá (08) [Final].


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... –algunas lágrimas abandonaron sus ojos- yo te amo mucho hijo y no sólo como madre, eso lo sabés muy bien, pero sos un chico joven y tenés que conocer gente nueva. Además pensá en todo lo que vivimos juntos, ¿cuántos chicos de tu edad pueden decir que se acostaron con su madre y que hasta tuvieron tríos sumando a la prima o a la tía? –se rio- tampoco quiere decir que vayas a estar contándolo por ahí. -Te prometo que apenas tenga días libres te voy a visitar. -Eso me va a encantar y siempre podemos hacer… nuestras cosas mientras estés acá. No te preocupes por mí, voy a estar bien, tengo a mi hermana para que me haga compañía, gracias a vos. Cambiaste nuestras vidas por completo hijo –me abrazó más fuerte que antes- te voy a extrañar mucho. La conmovedora charla continuó durante la cena. En la noche hicimos el amor apasionadamente como si fuera la última vez en nuestras vidas. A la mañana siguiente yo aguardaba por el coche que me recogería, ya tenía preparadas todas mis pertenencias dentro de dos amplias valijas. Si el contrato se hacía efectivo, tal como lo pronosticaban, tendría la posibilidad de rentar una pequeña pero cómoda vivienda a pocos metros de la fábrica. -¿No te olvidás de nada? –la pregunta obligada de cada madre. -No mamá, ya revisé como veinte veces. No falta nada. -¿El cepillo de dientes? ¿Llevas algo de abrigo?, mirá que dentro de poco empieza el frío… -preguntaba mientras revolvía el contenido de mis maletas. -Mamá, me vas a desordenar todo –la abracé por ...
    ... detrás, ella aún tenía puesto su camisón y nada debajo, aproveché para sobarle las tetas. -Es que me preocupa que te falte algo. -Si me falta algo lo compro allá, no me voy a la Antártida –acaricié sus muslos y la alejé de mis cosas. -Prometeme que te vas a cuidar mucho. -Vos prometeme lo mismo mamá –le di un cálido beso en el cuello, el amigo ya se me estaba despertando. -Te lo prometo –jadeó mientras se apoyaba contra la pared, mi pene se frotaba contra su cola. Liberé mi erecta verga y busqué el cálido y húmedo nido de amor de mi madre. Comencé a penetrarla con ímpetu, ella tuvo que reprimir sus gemidos mientras separaba más las piernas para recibir toda mi virilidad. Su vagina se mojó por completo en pocos minutos. Mis movimientos eran cada vez más rápidos y a ella le costaba cada vez más no gritar de placer. -¿Pensabas que me iba a ir sin probar este culito una vez más? –en la noche no habíamos practicado el sexo anal. -Metemela –me pidió con la voz entrecortada. Así lo hice, presioné su culito con mi glande humedecido por los jugos vaginales hasta que su agujerito trasero se fue dilatando y me permitió entrar. Me moví con calma durante un par de minutos pero cuando vi que ya tenía el camino bien abierto y despejado, comencé a sacudirla y embestirla con fuerza. Justo en ese momento tocaron el timbre. -¿Quién es? –pregunté esforzándome por respirar con normalidad. El recién llegado se anunció como el chofer de la fábrica -¡Espere un momentito, ya salgo! -Andá Nicolás, no lo ...