Patas arriba (XXIII) - Relatos Eróticos

Patas arriba (XXIII)

... presentándose en la Ópera Semper y pensaba cumplir mi promesa con Lev y pasar a saludarles. Como todo estaba planeado con tiempo, Anderson llegó esta mañana a Dresde y seguiría con nosotros el resto del viaje, dijo que sólo le dolía no haber podido ir a Ypres, pero que lo demás ya lo conocía y tenía asuntos por finalizar antes de lo que iban a hacer después. No entendí ni media, pero igual fue bueno verlo, porque él es quien puede explicar algunos detalles que se le escapen a Lev y compañía. La sorpresa más grande del día fue cuando llegamos al teatro, había un letrero en alemán que no entendimos, pero el sitio estaba más cerrado que un candado, lo que nos decepcionó un poco porque teníamos ya las entradas pagas y todo, pero era lo que había. En cuanto dimos media vuelta para irnos e intentar averiguar qué sucedía: - Ramón, no hagas el idiota, haz el favor –dijo una voz que los dejó a todos pasmados, excepto a mí que solté la risa y fue peor cuando los demás se quedaron mirándome con cara de gilipollas y casi me meo encima. - Oye, bonita forma de saludar a los amigos –le reproché a Lev mientras me giraba, su voz cálida es imposible no reconocerla, aunque me sorprendió lo mucho que ha cambiado en este tiempo, siempre hacemos video llamadas y tal, pero más allá de lo que conlleva el paso de los años, mi amigo parecía otro, su cabello rubio brillaba como nunca, lo mismo era que tenía el sol justo detrás de la cabeza, pero impresionaba, además, justo en ese momento se quitó las ...

... gafas de sol y vi en sus ojos azules un brillo muy especial, ese brillo que sólo la alegría puede dar. Por supuesto, pasó lo que tenía que pasar y de un salto recorrí los pocos pasos que nos separaban y nos fundimos en un abrazo de los buenos, ya luego le presenté la peña, empezando por mi Cami, obviamente. Lev, que estaba hecho un mar de sonrisas nos llevó dentro del teatro, que no nos pusieron ninguna objeción luego que él explicara algo en un rápido inglés que sólo recuerdo haber escuchado en casa de Joel. - Joer con estos alemanes, si no les hablas perfecto alemán y con su acento, simplemente no te quieren entender, por eso, aunque les entiendo, prefiero hablarles en inglés –ante nuestras caras de asombro Lev siguió con las explicaciones-: el teatro fue destruido totalmente en el bombardeo de 1945, no quedó ni la ceniza, pero lo reconstruyeron y funciona desde 1985, aunque hoy cancelamos la presentación. - ¿Y eso por qué? –preguntó Iván, que disimulaba muy poco lo que le interesaba hablar con él sobre el origen ruso de su nombre. - Creo que sé por qué –esta vez fue Anderson quien habló y por su mirada cómplice con Lev, sospecho que él algo tuvo que ver con eso. - ¡A la mierda!, ¡eso no te lo cree ni tu abuela! –esa voz no la conozco, pero parece que Anderson sí, saludó a alguien que apenas se veía entre las sombras y se fue con él. - Apuesto lo que sea a que si los dejamos mucho tiempo juntos, saldrá toda una novela en mil partes –Lev se reía-, ese es quien escribió la ...