ROUS Y SU MASTÍN GIGANTE
Fecha: 14/10/2017,
Categorías:
Zoofilia
Autor: NEMESY, Fuente: SexoSinTabues
... porque me follara y lo demás me daba igual, así que al poco de conocernos fue a mi apartamento y estuvimos toda la noche follando como locos. Esta era la primera vez que yo lo consentía. Por la mañana me desperté y él se había ido, yo estaba desnuda en la cama, las sabanas se me pegaban al cuerpo, los pelos de mi cabeza eran un amasijo lleno de pegotes, y mi cuerpo estaba lleno de cosas blancas, secas que me costaba despegar, cuando me levante un choro de liquido salió de mi coño, cayendo al suelo y dejando una gran mancha blanquecina. Eran los resultados del las eyaculaciones de Félix, me había llenado totalmente de su semen. Cuando me estaba duchando, pensé en la diferencia entre como me quedaba antes y ahora, en un momento me dio un escalofrió y en la comparación me estaba gustando mas lo que me hacia mi vecino. Pasaron unos meses y yo siempre estaba detrás de Félix para que viniese a casa, necesitaba que me follara, era una necesidad imperiosa, quería sentirlo dentro de mí, venia e intentaba contentarme y en cuanto terminaba me ponía una disculpa y se marchaba. Me quedaba más caliente aun, agarraba un consolador que me compre y muchas veces, recordando a mi vecino me masturbaba como una loca. Una de esas noches en las que Félix me dijo que se iba por que teni un examen importante al día siguiente, me vestí rápidamente y lo seguí. Mi sorpresa fue mayúscula cuando lo vi entrar en un bar donde al parecer un grupo de amigos le estaban esperando. Entre discretamente y me ...
... senté en un rincón. Entre risas y comentarios distinguí la voz de Félix que decía. • Si, ya fui, le eche un polvo rápido para que me dejara en paz y allí se quedo la muy zorra-ninfómana. “Zorra-Ninfómana”, Félix me había llamado ninfómana, me destrozo, todo mi mundo de libertad cayó como una torre de naipes. Me puse a caminar sin rumbo, lloraba, me dolía el alma. Cuando me tranquilice un poco empecé a buscar un culpable de esta situación, pensé y busque, pasaron muchos nombres y personas por mi cabeza, no encontraba a nadie, cuando pensaba en mi vecino, decía que no, que él no podía ser, así que me dije “la única culpable de ser ninfómana soy yo”. Tanto ande que no sabía dónde estaba, intente orientarme y vi un pequeño bar, entre, era un bar cutre con una barra llena de ceniceros sucios, olía a tabaco y aceite quemado, a un lado tenía cuatro o cinco mesas donde varios hombres, ya de cierta edad jugaban a las cartas entra botellas vacías de cerveza y ceniceros llenos de colillas, me dirigí al camarero y le pregunte. o Disculpe es que me he perdido y no sé en qué zona estoy. • Señorita, está usted en la peor zona para estar perdida. o Ok. (le conteste) puedo llamar a un taxi desde aquí. • Por supuesto, al final tiene el teléfono y algunas monedas. Salí de casa muy deprisa y solo me dio tiempo a ponerme un tanga, una blusa, los zapatos y una gabardina, así que iba medio desnuda. Llame por teléfono al taxi y la chica me dijo que no tenía nada por allí cerca, que la llamara mas tarde. ...