AHORA SON DOS IX
Fecha: 16/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues
... brazo. No seas malita, es solo un juego. Miré a Chuy pero sus ojos estaban posados en mis piernas. Mil cosas pasaron por mi cabeza, pensé que estaban demasiado borrachos. Estaba nerviosa pero por alguna razón, la situación me parecía cachonda. Jesús me miró a los ojos y dijo sin vacilar. No te cuesta nada hermanita ha pasado mucho tiempo en sequía, te prometo que después nos vamos a dormir tranquilitos. Los miré a cada uno tratando de ocultar la excitación que empezaba a apoderarse de mí, hay hermanita, tienes una nalgas, que para que te digo más si ya los sabes. Ellos parecieron encantados. Vamos Valery, danos ese gusto ¿Una miradita nada más? ¡Claro que sí, Valery! Caminé hacia el sofá que estaba justo frente a la mesa del comedor, donde estaban instalados. Me senté y lentamente abrí la gabardina. La bata azul se moldeó a mis piernas y el roce de la tela con mis senos hizo que mis pezones se endurecieran automáticamente. Me miraban como si nunca hubieran visto a una hembra radiante de sensualidad. Sus caras de tontos me ayudaron a relajarme y pensé para mis adentros: Así que quieren ver algo, pues lo van a ver. Comencé a separar las piernas lentamente, casi podía oír sus respiraciones. Dejé caer la gabardina, como al descuido pasé la mano por mis senos; sentí mis pezones hinchados y deseosos de ser succionados, y eso me hizo estremecer. Comencé a levantar la bata, acaricié mis muslos y los miré de reojo. Parecían niños asustados, sin embargo, pronto comenzaron a ...
... sobreponerse; sus miradas de machos volvieron a aflorar. Abrí más los muslos y les dejé ver que no traía pantaleta, resaltando mis vellitos ensortijados. Vi cuando Chuy puso su mano sobre el bulto que amenazaba con explotar entre sus piernas pero no me di cuenta en que momento, Toño había sacado su erecto pito. Eso me hizo olvidar el pacto que habíamos hecho. En ese momento supe que no podría detenerme. Metí mi mano derecha entre mis piernas y comencé a acariciar mi conchita mientras la izquierda subía y bajaba por mis pechos. Había olvidado por completo a mi otro hermano. En ese momento solo era una hembra en celo esperando el momento en que esos dos machos se decidieran a hacer lo suyo y me montaran. Y cuando estaba a punto de pedir a gritos que dejaran de verme y tomaran las riendas, Chuy pareció adivinar mis pensamientos; se levantó y vino hacia mí. Se paró a mi lado y comencé a abrir la bragueta de su pantalón. Ante mis ansiosos ojos apareció su enorme verga. Sin mayor demora, comencé a mamársela sedienta de sexo. Él agarró mi cabeza y me obligó a tragarla toda. Toño se acercó e hizo lo mismo. Con un tolete en cada mano comencé a alternar mis caricias. Mi excitación era incontrolable en ese momento, quizá por el hecho de que nunca había tenido dos vergas en mi boca; por otro lado, el tener a mi marido a la vista lo hacía más interesante. Antonio se detuvo y me ayudó a ponerme de pie. Su actitud no permitía ninguna réplica. Deslizó por mis hombros los tirantes de mi bata, dejándola ...