El macho de la casa (3)
Fecha: 18/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: wendy1988, Fuente: SexoSinTabues
... parecía que las mujeres de esta familia no sólo eran bellísimas, sino que estaban hechas fisiológicamente para el sexo, para su gozo y el de sus hombres. Ya tenía probadas a la de en medio de las hijas, mi esposa, buena en verdad en la cama (bueno... siempre y cuando no estuviera embarazada como ahora), a la más pequeña de las hermanas, esta que tenía atravesada con mi camotazo, no importa peso y estatura, ahorita estaría berreando de dolor, y de la más pequeña de las nietas, Noraimita quien me visitaba asiduamente en mi cuarto para comer caramelo y atole, golosinas que se estaban convirtiendo en sus favoritas. Le empujé a Marymar otro centímetro de verga y topó. Ella no dejaba de menear suavemente sus caderas como si supiera de qué se trataba. Increíble! Su ojitos se salía, se eyectaba de su cuerpo como un pequeño granito, como si dentro de su abdomen mi vergota impulsara lo que había ahí haciéndose espacio. Ahora sí con ritmo, se la dejaba ir sin reservas hasta el fondo, hasta que sentía que topaba. De mi 8 pulgadas, le metía 6 ó 7, macizo, sin tregua. Con facilidad la levantaba del piso y la sostenía en el aire entrando y saliendo con confianza, con firmeza, haciéndola mujer. -Pásele, véngase a la cocina que estoy en la estufa haciendo la comida!, escuchamos la voz de su mamá, de mi suegra que invitaba a pasar a su visita con ella. De rayo se la saqué a Marymar y le bajé la falda mientras me deslizaba al suelo de nuevo. Ella siguió como si lavara ropa y yo así en ...
... cuclillas me subí el short como pude. Escuchando la voz de mi suegra y de su invitado, le levanté la falda a la ex-señorita y la hice que volviera a subir una pierna al lavadero, quería ver "mi obra". Su vagina estaba escurriendo babita, ya no había sangre y el boquete que dejó mi grueso barrote era notable, se abría y cerraba como pidiendo más. Le bajé la pierna del lavadero y le bajé la falda. Ella se medió agachó y en secreto me dujo: -Quiero más, llévame para arriba contigo. –Cómo?, y qué le digo a tu mamá?, le respondí. –Inventa algo, o ya no me la quieres meter?, me preguntó con una vocecita muy cachonda. Me enderecé y en voz alta dije que era por demás, que no encontraba lo que buscaba. Casi al mismo tiempo Marymar y su madre me preguntaron qué era lo que buscaba y yo les respondí que eran unos traquetees para fijar un cortinero, que tendría que ir a la ferretería a comprarlos, dándole un pequeño empellón a mi cuñadita para que se ofreciera. –Yo voy a traértelos, me dijo. –Pero estás lavando, no quiero interrumpirte. –No te preocupes, ya terminé, sólo me faltan unas cuantas prendas, insistió. Yo por supuesto, volteé a ver a mi suegra, buscando algún comentario y lo encontré: -Sí, que vaya ella, la ferretería está a una cuadra, descuida hombre, me dijo amablemente la señora. –Bueno, respondí agradecido, vamos, Marymar, para arriba para que me ayudes a "presentar" el cortinero en la pared y medir los agujeros, y para darte dinero, cómo ves? –Vamos, yo te ayudo, me dijo mi nueva ...