1. Volver a salir con mi mejor amiga


    Fecha: 20/12/2018, Categorías: Confesiones Hetero Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... controlando los nervios, y consiguiendo separarme levemente de él. .-“No me importa” dijo Rober restando importancia. Y acto seguido mientras se apretaba más contra mí y trataba de besarme de nuevo. Esta vez giré mi cara impidiendo el beso, pero me quedé paralizada al notar el bulto de su entrepierna clavado de nuevo en mi pubis, por su parte, aprovechó mi pasividad para girarme la cara y besarme de nuevo. La mano que acariciaba mi culo subió esta vez ligeramente la tela de mi vestido, y pude sentir el frío de la chapa del coche directamente en mis nalgas. Creo que por primera vez en mi vida me estaban besando con verdadera pasión y devoción. Aquel hombre madurito me estaba devorando. En ese momento descubrí que las caricias con mi esposo habían sido tan sólo muestras de ternura y cariño, pero no de pasión desenfrenada y deseo. Sobretodo deseo. Rober deseaba mi cuerpo con locura. Liberó mi boca para comenzar a besarme por el cuello. Yo me debatía entre la razón y la pasión. .-“No, por favor… para, no está bien” pude articular de forma entrecortada como buenamente pude. Rober hacía caso omiso, estaba totalmente encelado. Ahora, su mano libre buscó mi mano para guiarla hasta su entrepierna. Me obligó a acariciarle en sus partes por encima del pantalón. ¡¡Dios mío!! Me pareció enorme. Pude apreciar su tamaño a lo largo de la tela de los jeans. .- “Mira como me tienes toda la noche” dijo mientras su mano aprisionaba a la mía contra su paquete. Yo quedé como hipnotizada ...
    ... comprobando su tamaño, no podía evitar acariciarlo una y otra vez. Aprovechó para ladearse y besarme en la boca de nuevo, pero esta vez sus caricias se centraron en mis partes más íntimas. De nuevo su mano magreaba a su antojo mi culo, primero por encima del vestido, y luego por debajo. Incluso se atrevió a alcanzar y acariciar mi pubis. Pude notar como su polla dio un respingo al comprobar con su mano la fina tira de pelillos que decoran mi pubis. Contraria a todas mis convicciones hasta el momento, debía reconocer que estaba totalmente cachonda y abandonada a las caricias de ese hombre. Era todo puro instinto animal. Me excitaba pensar que era como caperucita en manos del lobo feroz. .- “Seguramente su mujer, que tendría su misma edad, tendría el sexo “a la antigua” pensé para mi mientras me dejaba manosear. Pude notar cómo se abría camino a través de mis labios vaginales con sus dedos, tratando de alcanzar mi clítoris. Todo transcurría muy deprisa para mí. .-“Aaah” no pude evitar gemir en medio de aquella calle, cuando el tipo comprobó que estaba totalmente empapada. Uuhhm, enseguida descubrió mi clítoris de entre mis pliegues. ¡Dios! y el tipo sabía cómo acariciarlo. Mi marido siempre había sido un poco torpe para estimularme, pero he de reconocer que Rober sabía lo que se hacía. Sabía que ahora me encontraba totalmente excitada y entregada a sus caricias. Dejó de besarme en la boca para recorrer el camino que desciende por mi cuello hasta mi escote. .-“Aaagh” otro gemido más ...