1. Volver a salir con mi mejor amiga


    Fecha: 20/12/2018, Categorías: Confesiones Hetero Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... no pude evitar ruborizarme. A Rober le echaba bastantes más años que a su amigo, calculo que tendría casi los cuarenta. Algunos más que nosotras, aunque muy bien llevados. Se notaba que le gustaba cuidarse y que frecuentaba algún gimnasio. Contrastaba un poco la diferencia de edad entre ambos. Luego supe que eran compañeros de trabajo de paso por la ciudad. Estaba absorta en mis pensamientos cuando de repente, Verónica comenzó a bailar conmigo de forma muy sensual, se notaba que había bebido algo más en mi ausencia, y que quería provocar a sus nuevos conocidos. Estaba insinuando por su forma de moverse, que nos lo habíamos montado juntas en alguna ocasión. Esta táctica suya ya me la conocía. Los chicos ponían cara de asombro entre ellos al vernos bailar, y se notaba que se disparaba su imaginación. Yo decidí seguirle el baile a Verónica. Aunque no me atraen por norma ese tipo de juegos, he de reconocer que en ese momento me gustó. Ambos chicos se codeaban entre sí sonriendo de su suerte. El tirante de mi vestido se cayó en varias ocasiones mientras bailaba, los tipos de alrededor abrían los ojos como platos tratando de verme los pechos en algún descuido, sobretodo el tal Rober, que no me quitaba el ojo de encima, y de algún modo la situación me hacía sentir sexy y deseada. No recordaba esa sensación desde chiquilla. En una de las ocasiones, mientras mi amiga y yo bailábamos frente a frente, pude apreciar como Rufino se situaba detrás de Verónica, y era ella quien cogiendo ...
    ... las dos manos del chico, y entrelazando los dedos con los suyas, lo animaba a acariciar sus caderas, tipo reggaetón. Por su parte Rober, también se animó a sujetarme desde detrás por las caderas, como es habitual en estos casos, en algunos instantes su paquete se rozó contra mi culo, lo que produjo un estremecimiento en mi cuerpo poniendo mis pezones aún más de punta. Por suerte la canción terminó enseguida cambiando completamente el ritmo de la música. Como sospechaba en un primer momento, Verónica y Rufino se pusieron a charlar a lo suyo. El reparto estaba hecho de antes de mi llegada. Fue Rober, quien tratando de apartarme del resto de chicos, me rodeó con un brazo por la cintura, y acercándose a mi oreja para que pudiera oírlo a pesar del volumen de la música me dijo: .-“¿Te apetece tomar algo? Te invito” dijo sonriéndome esperando una aprobación por mi parte. Yo dudé por un momento, sabía que si aceptaba, Verónica aprovecharía para liarse con Rufino, y que a mí me tocaría aguantar al madurito, que además era un poco descarado en sus intenciones de intentar aprovechar su oportunidad conmigo. Tras dudarlo por unos instantes y sin saber muy bien porqué, acepté. Supongo que quise tomar una copa más a su costa para no perder el puntillo que llevaba. .-“¿Qué tal un gin-tónic?” le contesté acercándome a él para que me escuchase. Esta vez fue mi propia torpeza la que hizo que de nuevo mis pechos rozasen con sus pectorales ligeramente, lo que provocó una pícara sonrisa en Rober. ...
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