1. Confesión de un infiel


    Fecha: 18/10/2017, Categorías: Infidelidad Hetero Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... maquinaria agrícola, negocié con ellos unas comisiones por venta de sus productos en mi zona, por lo que conseguía unos mayores ingresos, ya que, si me compraban la máquina a mí, ofrecía préstamos al interés mínimo para pagarla, cosa que no hacía si se la compraban a la competencia. Con ello, mi oficina creció mucho en poco tiempo. En seis meses había conseguido multiplicar mi pasivo en cifras que triplicaban a la mejor de las oficinas de la provincia. La competencia se quedaba sin los buenos clientes y alguna entidad tuvo que cerrar alguna oficina por falta de rentabilidad, quedándome yo con lo mejor de su personal. Por aquel entonces tuve dos sorpresas. Mi mujer me anunció su embarazo y la central me anunció que iban a enviar un nuevo director de zona, que se encargaría de controlar a varias oficinas y que estaría por encima de todos los directores de las mismas. Lo de mi hijo, me hizo mucha ilusión, a pesar de que todavía no quería tenerlo, pero el estar más en casa me hizo apurar más los márgenes y… Lo de la oficina me cabreó mucho. Me fui a la central a discutir con el director general. Le puse las cosas claras: Yo había levantado la oficina y casi cerrado las de la competencia. Había trabajado mucho y no estaba dispuesto a que ahora viniese otro a aprovecharse de mi trabajo. El puesto me correspondía a mí y podía desempeñarlo mejor que cualquier otro. Tras muchas argumentaciones, terminé con la definitiva: No me resignaré a ser un segundo. Antes me marcho a la ...
    ... competencia, que ya me han hecho ofertas, y me llevo a todos los clientes. Por supuesto que soy el director de zona, además del de mi oficina y los asuntos económicos siguen viento en popa. Hasta mis suegros, que tampoco les había parecido bien separarse de su hija cuando nos mudamos, están ahora contentísimos. En cuanto a mi familia… Vivíamos en un piso casi pegado al banco y, hasta que quedó embarazada, cuando tenía ganas de follar, me ausentaba un momento, iba a casa, me follaba a Casta, a la que cada vez le costaba menos alcanzar su orgasmo y me volvía al trabajo mucho más satisfecho. Tengo que decir que por aquel entonces la educación sexual dejaba bastante que desear. Se decía mucho que si la mujer no llegaba al orgasmo no podía quedarse embarazada. Cosa que las putas me habían desmentido muchas veces. No obstante, me apoyé en este dicho, contándoselo para conseguir una mayor colaboración y que se aviniese a disfrutar. A partir del anuncio de su embarazo, todo cambió de repente. No podíamos follar por si se dañaba el feto, por lo que lo hacíamos en contadas ocasiones. Creo que fue un montaje, pero Casta se quejó de problemas, la acompañé al médico y éste le recomendó reposo y no mantener relaciones. No podía poner en duda el diagnóstico y consejo del médico, por lo que tuve que aguantarme. Para la limpieza y comidas, contratamos los servicios de la mujer del portero, una cuarentona, más bien bajita, entrada en carnes, con vientre prominente, tetas que no se le marcaban y culo ...
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