Ella quería ir a la playa
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: ludico, Fuente: CuentoRelatos
Ella tenía ganas de ir a la playa y me sorprendió diciéndome nada más terminar de comer que por qué no cogíamos el coche y aprovechábamos la tarde. Por supuesto así lo hicimos y por el camino ella ya desprendió de la braguita del biquini y fue desnuda bajo la camisola, dejando ver claramente su sexo desnudo hasta llegar al aparcamiento donde un amable negro nos hacía señales de donde podíamos aparcar y que naturalmente pudo observar como ella se bajaba la camisola tapándose su rasurado coñito, situación por lo demás habitual en esos momentos. Bajamos del coche y cogimos la sobrilla y la bolsa tomando la pasarela de madera que nos separaba de la playa, ella iba delante y yo podía observar como el viento levantaba su camisa dejando ver su culo grande y ya moreno y como no hacía nada por evitarlo. Llegamos a un sitio con algo de gente pero sin demasiada aglomeración y nos pusimos a montar la sombrilla como paravientos, quedando nosotros orientados a las dunas, posición habitual dados los vientos predominantes en la zona de nuestra costa. Ya desnudos y mientras de rodillas terminábamos de colocar las cosas no pude por menos que admirar su falta de pudor y su generosidad con los hombres de las sombrillas cercanas que no dejaban de mirarla de forma más o menos descarada. Nos tumbamos como siempre a tomar el sol, acariciándonos mutuamente de forma suave y leve, las piernas, el vientre, etc. Dada la proximidad de nuestros varios vecinos no era cuestión de hacer nada más explícito, ...
... pero la conozco y sabía que quería más, abrí un poco las piernas y su mano pasó por debajo hasta llegar a mi culo, donde empezó a acariciar mi ano con su dedo, introduciéndolo un poco y jugando con mi entrada… mi polla naturalmente daba signos inequívocos de que algo pasaba y eso era algo que a ella le encantaba, que se viera lo bien que lo estaba pasando. En esas estábamos cuando pasó a nuestro lado un tipo de unos treinta y cinco años, gafas de espejo, bermudas de camuflaje, camiseta ajustada y una mochila con un casco de moto, parecía un geiperman. Pasó sin mirar y se paró como a unos 5 metros de nosotros, quizás demasiado cerca para la gente que había pero es lo que hizo. Plantó su toalla en línea con las nuestras, se tumbó boca arriba con la cabeza incorporada apoyada en una montoncito de arena en dirección a nosotros. Al principio ella paró en sus movimientos con el dedo pero no sacó la mano, yo le susurre: -¡No pares, si no quiere verlo que no se ponga ahí, abre tus piernas también y que disfrute del espectáculo! Ella parecía que sólo esperaba eso de mi parte ya que inmediatamente retomo su actividad digital y con más ganas. Yo abrí un poco más las piernas con lo que nuestro observador estaría viendo sin ninguna traba el jueguecito de mi mujer y la respuesta evidente de mi ya más que morcillona polla. Nuestro nuevo amigo, reaccionó de inmediato y comenzó a colocarse una polla que crecía por momentos y que lucía espléndida con un pubis, huevos y culo totalmente depilados ...