Ella quería ir a la playa
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: ludico, Fuente: CuentoRelatos
... dado cuenta, a nos han cortado el rollo!!! Mi mujer incomoda ante la situación me dijo de recoger y de forma apresurada levantamos el campamento playero, se puso la camisola por encima y salimos a buen paso de allí, sin mirar atrás. Ya en la pasarela de nuevo y más tranquilos le pregunté por como estaba, ella me dijo que cabreada por haber tenido que salir así de la playa. Yo, haciéndome el tonto, le pregunté que a que “así” se refería y ya roto el cabreo me dijo que irse caliente y con prisa. Nos paramos y nos dimos un beso mientras yo le acariciaba levantándole la camisola y dejando un poco a la vista su generoso culo. -¿Mira quién viene detrás? Era nuestro amigo que vestido solo con el pantalón, con la mochila al hombro y el casco en la mano se acercaba a nosotros, nos hicimos los locos y le dejamos pasar a nuestro lado no sin cruzar nuestras miradas aun a través de las gafas de sol. Siguió andando hasta el final de la pasarela donde dejó el casco encima de una moto custom y comenzó a prepararse para marcharse. Ahora fuimos nosotros los que pasamos a su lado y yo levanté la camisa de mi mujer para que pudiera ver por última vez (o eso creía yo) su culo. Llegamos al coche y dejando todo en el maletero, salimos sin mirar atrás. Al cabo de unos cientos de metros por el retrovisor vi como nuestro motero amigo nos seguía. Se lo dije a mi mujer que girando la cabeza solo dijo: -UFFFFFF!!! Llegábamos al final del camino y cada uno iría por su lado (otro error mío, jajaja), le ...
... dije: -Te imaginas que nos siga, que morbazo, ¿qué harías si lo hiciese? -Habría que parar y aliviar este calentón que llevamos los tres, ¿no? – dijo mi mujer, pensando seguro, igual que yo que no sucedería nada. Yo sabía que no lo decía de verdad, que lo decía por cómo íbamos y porque sabía que me eso me ponía mucho. Llegamos a la incorporación a la carretera y nuestro camino era hacia la derecha, puse el intermitente y sin mirar por el espejo salí acelerando despacio, poco más adelante y ya a velocidad normal con ella semidesnuda a mi lado y yo con un empalme del quince, miré por el retrovisor y… allí estaba él, detrás nuestro. Se lo dije a ella que tembló al oírlo y miró para atrás… al volver la mirada, las nuestras se cruzaron y en ese momento supe lo que tenía que hacer. Un poco más adelante un pequeño camino se metía en una plantación de naranjos, reduje la velocidad y entré en él hasta alejarme un poco y quedar ocultos de la carretera. Si el venía… Estaba en esos pensamientos cuando oímos el ruido inconfundible de la moto, se paró a unos tres metros de nosotros, del lado del copiloto, al tensión era evidente pero el morbo y el calentón podía con nosotros. Bajo de su moto y quedando apoyado en el depósito, mientras nosotros nos miramos y nos dimos un morreo de los de recordar. Al separarnos le quite por encima de su cabeza la camisola dejándola desnuda, yo también me quité el bañador y allí estábamos los dos desnudos, a penas a tres metros del “amigo” que habíamos hecho en ...