Ella quería ir a la playa
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: ludico, Fuente: CuentoRelatos
... cada vez más visibles por su apertura de piernas. Mi mujer mientras seguía jugando con mi culo y pensó que ya estaba suficientemente excitado, sacó la mano de abajo y la dejo suavemente sobre mi polla que ya totalmente dura, y con una gotita de precum asomando por la puntita empezaba a querer más, ella, golosa como siempre, paso su dedo por la punta y recogiendo la gotita que salía se la acercó a la lengua para saborearla. Yo mientras no perdía de vista a nuestro vecino que al verlo hizo lo mismo con su dedo y su boca… el juego había empezado y los tres estábamos muy a gustito. Ella, con las piernas abiertas y su sexo expuesto y mojado, no perdía detalle de cómo Él, abriendo las piernas dejaba ver un culo y huevos como a ella le gustaban y una polla que aunque no era demasiado grande si era muy vistosa con su cabeza descubierta y brillante mientras no paraba de acariciarse. Yo estaba en la gloría disfrutando de ese juego inocente y consentido por los tres, pasé mis dedos por el sexo de ella unos segundos introduciéndolos brevemente y empapándolos con su jugos, llevándolos inmediatamente mi boca donde los chupe para saborear todos sus jugos mientras miraba fijamente a nuestro amigo y con la otra mano me acariciaba la polla. Su reacción fue inmediata sacando la lengua como si el mismo lo hubiera saboreado y estrujándose la polla y los huevos y abriendo si cabe un poco más las piernas. La interrelación era evidente y los tres estábamos encantados. El resto de las sombrillas ...
... parecía no percatarse de lo que estaba sucediendo y si lo hacía, francamente nos daba igual. Me giré hacia ella y le pregunte que como estaba, si lo estaba pasando bien, como respuesta cogió mi mano y se la apretó contra su sexo que seguía empapado, esa situación me encantaba, no sabía cómo seguiría la tarde pero sinceramente ya me daba igual. Las caricias de él sobre su miembro ya eran una masturbación en toda regla, mi mujer ya se acariciaba también cada vez con más frecuencia los pechos y el coño abierto con mis dedos acariciándolo y yo, que decir, yo estaba en la gloria con mi mujer al lado disfrutando y nuestro amigo enfrente participando en nuestro juego. Pero todo no podía ser tan bueno, en un momento miré hacia las dunas y allí sentado a la vista de todo el mundo había un negro con la polla fuera de su pantalón meneándosela de forma descarada mirando a mi mujer, un poco más allá de pie en las dunas otro baboso tampoco perdía detalle mientras se acariciaba un pene largo pero flácido y un poco más lejos un tercero, más recatado, se tocaba el paquete por encima del pantalón. Les hice señas de que no eran bien recibidos pero hicieron caso omiso. Estábamos dando un espectáculo que no nos agradaba nada y el resto de la playa empezaba a sentirse también un tanto molesto con las actitudes de estos babosos. Nuestro amigo no lo veía al estar de espaldas a las dunas y la hacerle señas de que mirase, se giró y mirándome de nuevo movía la cabeza como diciendo: -¡Joder! No me había ...