Historia de M
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Transexuales
Dominación
Autor: Ser Pïter, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Marcial Parra Diez, pero en el pueblo me conocen como Marcial “El Tractorista” y Marc los muy íntimos. Mi historia comienza un día en el que estaba rozando hierba en el bancal, en un descuido me di con la azada en una pierna y me provoque una herida seria, por lo que me fui a la consulta del médico, al llegar, el doctor me pasó de inmediato a la sala de curas y ahí estaba ella, había oído hablar de la nueva enfermera, y lo que en su momento me parecieron exageraciones ahora me parecía la pura verdad, culo prominente, curvas pronunciadas, y pechos de escándalo, todo lo que a mí me gusta en una mujer, absolutamente todo. Me indico que me sentara en la camilla y que me remangara la pernera del pantalón, cosa que hice solicito, se inclinó sobre la herida de mi pierna y la visión que se presentó delante de mis ojos hizo que se levantara de su letargo y en toda su longitud mi miembro viril, un amplio escote dejaba ver un espléndido canalillo y parte de sus grandes pechos, la erección era de escándalo, en un momento dado ella alzo la vista y pudo comprobar donde se dirigía mi mirada, yo turbado no sabía cómo disimular, y ella sin inmutarse me sonrió y se abotono la bata y termino de hacerme la cura, y me dio cita para la siguiente cura dos días después. La espera se me hizo larga, no me la quitaba de la cabeza, no sé cuántas veces me masturbe pensando en ella, las muñecas me dolían, y tenía calambres en los dedos, así que, llegado el día y a la hora indicada estuve en ...
... la consulta médica como un clavo y mi mejor sonrisa. Cuando se abrió la puerta de la consulta apareció tan esplendida como hace dos días, me indicó que pasara y repetimos la misma rutina, pero esta vez al acabar me arme de valor y le pregunte por su nombre; me dijo que se llamaba Antonella, pero que prefería que la llamaran Nella, también me contó que era italiana, lo que explicaba su acento, ya que estábamos le pregunte cuando terminaba su turno y si le apetecía tomar algo, Nella respondió afirmativamente, por lo que quedamos aquella misma tarde. Pasé a recogerla por su casa a la hora convenida. - ¡¡¡Mamma Mía!!! – Exclamé para mis adentros. La espera mereció la pena, vaya maciza salió del portal, Nella se había puesto para la ocasión una vaporosa camisa de gasa negra transparente, la cual dejaba adivinar el sujetador a juego, abierta por delante lo suficiente para ofrecerme la más generosa de las visiones, y una minifalda blanca, que al entrar en el coche se le subió dejando a la vista una porción generosa de sus redondos y prietos muslos, nos saludamos, arranque el vehículo y nos dirigimos a tomar algo antes de cenar, el trayecto se me hizo más largo de lo normal, imposible no mirar a aquella mujer y no ponerme a cien, seguro que se me marcaba el paquete, la tenía bien tiesa y el pantalón me apretaba, ella miro de reojo, se tuvo que dar cuenta, seguro, pero no dijo nada. La cena transcurrió, de manera normal, agradable tema de conversación, flirteo por aquí y por allá, ...