1. Hice que mi madre cumpliera todas mis fantasías


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Incesto Grandes Series, Autor: voyeur34, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando comenzaron a llegar las noches en las que ella venía a mi habitación a dormir por culpa de las peleas con mi padre yo era el más feliz, pero a la vez me inquietaba que descubriera mi juego y aun peor, que notara que había traspasado la línea del hijo tierno y dócil que veía a su madre como un ángel intocable, y no como una diosa sensual que despertaba los más depravados deseos en su único y pequeño hijo. La verdadera historia erótica comienza aquí. Después de soportar todas aquellas provocaciones de escotes sugerentes se asomaban mientras lavaba un trapeador, de piernas sudorosas por el ejercicio se aparecían en la sala, de encontrarla semidesnuda por los pasillos o en su habitación, o de los arrimones que planeaba para encenderme más; fue entonces cuando mi madre comenzó a ir a dormir conmigo algunas noches. Eso fue lo que terminó por detonar en mí el deseo de ir más allá y comencé un camino del que no hubo vuelta. La primera noche que fue a mi habitación me sorprendió, en realidad había llorado mucho y lo único que atiné a hacer fue consolarla y sinceramente, entre la sorpresa y verla así, no se me ocurrió nada más. Las próximas noches fueron distintas, porque ella ya llegaba resignada y tranquila a dormir conmigo y no con el patán de mi padre. En las primeras veces apenas si me atrevía a acercármele porque por mucho que la deseara, siempre hay un poco de miedo. Pero poco a poco fui venciéndolo y como a la 4ta o 5ta noche decidí que iba a beneficiarme de las batallas ...
    ... de mis padres. Durante el día la espiaba, antes y después de ir a la escuela. Encontraba cualquier excusa para observarla en sostén. Cuando se bañaba aprovechaba para tomar sus tangas o calzones sexys de satín o de encaje y me iba al baño a soñar que le besaba, que apretaba sus tetas redondas con mis manos. La imaginaba chupándomela o encima de mi cabalgando, como lo había visto en muchas películas porno. Pero como era tan joven e inexperto, no imaginaba mas, porque nunca lo había hecho con nadie. Luego de jalármela oliendo sus aromas de mujer en su ropa interior, terminaba dejando toda mi lechita en sus calzones y lo echaba a su cesta de la ropa sucia. Entonces al llegar la noche ya saben como estaba. Con la verga dura, ardiente, deseando a la sabrosa de mi madre, deseando que llegara a dormir conmigo, y un día llegó de nuevo. Venía vestida con un conjunto de dormir satinado color hueso… delgado, justo para las noches calurosas como aquella. Últimamente me había dado por llamarle Moni... a lo que ella nunca se quejó. Lo tomó con calma o naturalidad, no sé. El caso que aquella noche la saludé como si hubiera tenido la certeza de que vendría. —Hola, Moni... ¿Problemas de nuevo? —Sí, hijo, ya sabes. Tu padre llegó borracho y parece un idiota. ¿No te molesta que me venga otra vez a dormir contigo? —Para nada, ma. Así no me siento solito en la noche. Yo me relamía los labios y los dientes. Y mi pene también. —Te prometo que pronto acabaran estos problemas y te dejaré en paz. —No ...
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