1. Hice que mi madre cumpliera todas mis fantasías


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Incesto Grandes Series, Autor: voyeur34, Fuente: CuentoRelatos

    ... moviéndose al ritmo de su respiración. Mi tesoro. La adrenalina aceleró su paso nuevamente, mi pene revivió del estado de reposo endurecido en el que estaba y comenzó a moverse, brincando entre sus ricas nalgas calientitas. Mi mano se posó lentamente sobre su teta derecha. Apenas si cabía en mi mano de adolescente. La cubría en más de la mitad pero no llegaba a abarcarla toda. Era algo maravilloso, aquella redondez suave sobre la tela de satín de su pequeña bata. Mi mano poseyéndola. La apreté un poco y me dio un mejor sentido del volumen y de su dureza, eran dos gelatinas firmes y jugosas. Ahí me quedé. Con mi mano sobre sus tetas y mi pito temblando bajo sus nalgas, deseando explotar, mojado de líquido lubricante. Por unos minutos amasé sus pechos, buscando la zona de sus pezones, gozando sus pelotas hermosas. Moviendo mi cintura para restregarle la verga lo más adentro de sus nalgas que podía. Rozando mi cabecita con el satín que deslizaba mi pene por toda aquella circunferencia de sus carnes redondas. Estaba como un simio que no pensaba, solo sentía, que se entregaba a sus deseos carnales más primitivos cuando recordé una zona que hasta ahora no me había llamado tanto la atención, pero que sabía, era el centro del placer que toda mujer posee para los hombres. Su vagina. Había visto muchas, y en muchas ocasiones, mientras me masturbaba, imaginaba como era la de mi madre, blanquita, rosadita en su interior, húmeda, condescendiente, placentera. Así fue como mi mano dejó por ...
    ... un momento el pecho de mi madre y bajo por su cintura, pasó por sus nalgas y las apretó con cuidado y con firmeza al mismo tiempo, como diciendo, todo esto es mío, mira nomas... y luego siguió su camino hacia el vientre de Moni, mi Moni aquella noche... Las curvas se hicieron más profusas, y mi mano se hundió en un abismo mas profundo... Su vientre era plano, perfecto, y su pubis por encima de su ropa de dormir, era liso y caliente. Mi sangre bullía como un volcán, mi corazón se había acostumbrado al violento ritmo al que lo había sometido esa noche... Palpe su vulva por encima de su ropa, pero mi imaginación aquella noche no dio para mas, porque la mayoría de mi sangre se encontraba abajo en mi verga, y no en mi cabeza. Así que esa zona no me interesó mas por esa noche. Lo que me daba placer eran las nalgas de mi madre. Y el morbo me lo daban sus tetas. Así que seguí sirviéndome de ellas, apretándolas, sobándolas, buscando su redondez en mis yemas, y trazando su circunferencia con la palma impune de mi mano. No sabía cuánto duraría aquello, por eso quería apresurarme a explorar más el terreno, y fue cuando concebí la idea de buscar bajo su ropa el objeto de mis interminables masturbaciones. Bajé mi mano hasta el borde de su blusa, toque su vientre suave, tibio, y comencé a recorrer el camino que me trazaban su cuerpo. Subí mi mano en una vertical que me pareció eterna, hasta que encontré otra vez aquella circunferencia que me mataba. Su pecho desnudo me recibió con calidez, ...
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