1. La Oscura Medina


    Fecha: 24/01/2019, Categorías: Gays Autor: abi3, Fuente: SexoSinTabues

    ... español? Speak spanish? —Buenas noches, Carlos. Respondió sin poder disimular que le incomodaba mi presencia, pero cambió el semblante y se dirigió en un castellano cuasi perfecto, como el de su madre. —¿Es la primera vez que visitas Marrakech? —Sí, ya había estado en Marruecos, pero en Marrakech nunca. Veo que hay muchos chicos jóvenes… Desde el principio, Rachid sabía de mis intenciones. Casi todos los hombres que viajan solos a esa zona, buscan encuentros esporádicos, y yo no era ajeno a ese grupo. Nos apartamos un poco del resto de los transeúntes y se puso a mi disposición. Se levantó la camiseta hasta los pezones, y mostró su torso moreno y fibrado. Sonrió cuando advirtió que lo estaba escaneando, mejor dicho, devorándolo con la mirada. —Rachid, me gustaría que me enseñases la Medina por la noche. Contigo estaré seguro… —Claro, Carlos. Quiero que disfrutes de tu primera visita a mi ciudad. Me gustaría que me recordaras por haberme portado bien contigo —respondió sonriente. Giró sobre sí mismo, y comenzó a caminar hacía un callejón oscuro que daba acceso a la Medina. Ladeó levemente la cabeza y con su mano izquierda me hizo una seña para que le siguiera. Lo hice, aunque noté que prefería que lo hiciera a cierta distancia. Parecía una Medina diferente a la del día. Se encontraba, casi a oscuras, únicamente la iluminaban la luna llena y algunas farolas, que emitían una luz extremadamente tenue. Anduvimos cerca de diez minutos por estrechas callejuelas, y por el camino ...
    ... nos cruzamos con varios chicos que con la mirada pedían acción y alguna recompensa que les hiciera sacar rentabilidad a sus perfectos cuerpos, pero yo tenía mi chico delante y no tenía la intención de dejarle marchar. Habría otras noches para probarlos a ellos. Súbitamente entró en un pequeño callejón sin salida y se detuvo en una sombra que parecía expresamente creada para ocultarse, tras él llegué yo. Me cogió las manos con sus duras y curtidas extremidades, y me las puso alrededor de su cintura. Se desabrochó el botón del pantalón y emergió su enorme miembro flácido, pero de unas dimensiones desproporcionadas. Lo cogí con ambas manos y a la vez le acaricié su enorme y rugoso escroto. Continué masajeando su masculinidad y ésta empezó a cobrar la dureza propia de la edad. Me agaché y me introduje parte del falo en mi boca. Verdaderamente era inabarcable. Entonces él me levanto y me volvió de espaldas a él. Acto seguido frotó su descomunal polla contra mi culo, se llenó la mano derecha de saliva y comenzó a juguetear con mi ojete, introduciendo su dedo corazón y provocando una dilatación en mi esfínter que pensé insuficiente para el calibre de lo que se avecinaba. Introdujo el glande muy despacio, el dolor era insoportable, pero mi deseo por sentirlo dentro era mayor. Continuó con fuerza. No sabía jugar con los tiempos en la penetración, era salvaje y muy caliente. Me tumbó en el suelo, estaba sucio e intenté no colocarme en esa posición, pero me obligó, sin duda el mando lo ...
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