La verdad sobre el Padrino (primera parte)
Fecha: 02/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: MadeInChile, Fuente: SexoSinTabues
Parecía un febrero cualquiera...parecía Fue una tarde de febrero, el calor asomaba por las ventanas e inundaba toda la casa. La mayoría de la familia dormía después de un contundente almuerzo, así que decidí ponerme el bikini e ir a la piscina. Era una estructura rectangular en medio del patio trasero, cubierto levemente por un quitasol retráctil blanco, el cual proporcionaba una rica sombra para descansar en esa fría agua. La casa era de mi padrino. Mis papás lo habían elegido por una amistad de toda la vida más que el lazo sanguíneo en segundo grado que lo unía con papá, su nombre es Sergio, un tipo maduro de –en ese entonces – 49 años, una piel con un tostado caribeño debido a sus viajes, un pelo corto pero con airosas canas, un físico tonificado pero con destellos de madurez y despreocupación que lo hacían interesante. Ese verano, fuimos invitados por mi padrino a su casa, ya que su esposa e hijo no se encontrarían por un par de meses debido a un viaje a tierras extranjeras. Papá dijo que sí y que iríamos toda la familia Allí estaba, nadando de una esquina a otra, mi bikini fue un regalo de mamá que en público jamás habría ocupado, pero en esa ocasión estaba en familia y sola: era un conjunto de dos piezas, blanco, la cual la parte inferior era una colaless bañador que mostraba sin tapujos mis nalgas y la superior un sostén con diseño de flores que encontraba algo tierno. Era delicioso el sol, el agua, el suave aire que me erizaba la piel: estaba feliz, tranquila. Era ...
... algo que necesitaba en esos momentos. Pasó la hora, volví al cuarto en el que dormía: era el cuarto/estudio de Soledad, mi madrina, que estaba en el primer piso, al lado de la cocina y lejos de las otras habitaciones, era genial: buena señal de internet, cero ruido, con ducha propia y me quedaba directo a la piscina. Iba llegando y encuentro entre abierta la puerta, escucho un sonido y veo allí parado frente al sofá cama a mi padrino, con sus shorts abajo, sin camiseta, semi encorvado, masturbándose. Tenía ropa interior mía enrollada en su pene y otra en su mano la cual la llevaba a su rostro para olerla. Me quede mirándolo curiosamente, su rostro de placer, ver mi pantaleta de encaje rosa en su pene inundó mi mente de pensamientos. Mordí mi labio, di media vuelta y camine unos pasos hasta un mesón y moví varios vasos para hacer ruido, saqué uno de esos vasos y lo llené de agua. Mi padrino asomó su cabeza, sus ojos redondos de impresión me miraban, estaba rojo y su voz entre cortada -Feña, oye...este, ¿no estabas en la piscina? , o sea, -tragaba saliva e intentaba coordinar las palabras- -Sí, estaba allí –le respondí- pero ya pasó una hora y me dio sed, así que vine por agua. ¿y usted qué hacía en la pieza? –intentaba no reírme- -yo, emm – con duda pensaba su respuesta- vine a buscar unos documentos de la Sole (su esposa) sobre unas cuentas y escuché ruido. –tragó saliva muy notoriamente, pero su rostro dejaba de estar rojo y por fin asomó todo el resto del cuerpo y los shorts ...