La verdad sobre el Padrino (primera parte)
Fecha: 02/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: MadeInChile, Fuente: SexoSinTabues
... hasta la parte baja de mi espalda y luego con fuerza, agarra mis nalgas: las presiona, manosea, mueve en todas direcciones, presiona aún más -Que delicia, eres tan suave como imagine, eres tan preciosa, te deseo –me hablaba suavemente- -Yo…ay – mi abdomen se apretaba instintivamente, no sabía dónde posar mis manos, pero, ya sabría. Siento que pone una mano sobre mi hombro y la otra en mi cadera, con fuerza delicada me hace girar en 180°, dejándome así, con las manos en la pared y mi cuerpo haciendo presión a esta. Mi padrino se agacha para apoyar sus rodillas en el suelo, quedando su rostro frente a mi trasero. Con sus manos coge mis nalgas y las separa para acercar su cabeza a este y con la boca mi ano, parte de mi vagina. ¡Dios!, no podía quedarme callada, el sólo sentir su lengua en mi trasero me produjo una chispa que me hizo soltar un gemido –Ah! Padrino, ah…ay…- quería decirle que era delicioso, era una delicia como movía su lengua entre mi ano y mi vagina, como con la lengua separó el bañador dejando a su vista y paciencia todo mi ser, como se sentía su barba rasparme el interior de mis nalgas. ¿Por qué me gustaba?, ¿era normal lo que estaba pasando? De improvisto, siento que se coloca de pie, me agarra de la cintura y me lleva hasta el sofá cama. Guiándome hace que me apoye en las rodillas abierta de piernas, mi cabeza descansara en un almohadón: mi trasero queda levantado para su disposición. Escucho como rápido se baja los shorts. Encorvo un poco la espalda para ...
... lograr mirarlo hacia atrás y veo un hombre, moreno, en su rostro está la decisión, en su cuerpo la experiencia y en su pene la lujuria. Lo veo, erecto, duro, venoso, apuntando hacia mí: -Tranquila mi amor – con sutil cariño, baja mi colaless bañador hasta las rodillas, me levanta por la cadera y logra zafarme de esa ropa. Siento como el aire que entra por la ventana me llega hasta mí ser húmedo, gracias a su saliva, gracias a mí. -Ya ya, - posa su mano sobre mi cabeza y la hace reposar en el almohadón. No deja de presionarla hacia este, negándome le poder levantarla. En ese momento, siento como con su glande, suave, muy suave, empieza a masajear la entrada de mi vagina hacia arriba y abajo, repetidas veces lo hace para luego, hacerlo: Empieza con lentitud a introducir su pene dentro de mí, su glande, cual conquistador, se empieza a abrir paso entre mis paredes delicadas, su pene empieza a dominar cada centímetro de mi humanidad, su presión, la siento en todo mi cuerpo. Me produce dolor, placer, sensaciones diversas. Grito, gimo, sonrío…no sé por qué. Siento como me topa hasta el fondo, duele. -¡AAAAAAAAAH! –Gimo, cierro fuerte mis ojos y apretó la almohada- -Ya ya…sssss que delicia aah – no sé si me habla o lo hace como un ritual- Coloca ambas manos en mis caderas, sin moverse, sin sacar su pene. Está quiero, disfruta del momento, no lo veo, sólo lo siento. Lentamente empieza a separarse de mí para luego penetrarme por segunda vez. Siento sus manos gobernar el movimiento de mis ...