La verdad sobre el Padrino (primera parte)
Fecha: 02/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: MadeInChile, Fuente: SexoSinTabues
... bien puestos. Giré para dejar el vaso sobre el mesón, pero, sin darme cuenta, con el codo paso a llevar el conjunto de posa vasos que allí estaban, botándolos todos. -¡Cresta! – maldije de otras formas en mi mente. Giro para darle la espalda a mi padrino y luego me inclino para recoger lo que había botado. Al hacerlo escucho una especie de sonido entre sorpresa y dolor -Uy...ssss – mi tío bufó- Levanto mi cabeza por sobre mi hombro y caigo en razón: olvidé que andaba con el bañador y mi padrino vio todo mi trasero, vio sin problemas y con tranquilidad como al agacharme mi trasero quedaba expuesto a su vista para que fantaseara como y cuanto quisiera. La imagen de él masturbándose me volvió. Me levanto en dos tiempos y doy vuelta, me intento tapar con la toalla que llevaba en el brazo y siento como el calor empieza a gobernar mi cuello y rostro, rápidamente me pongo roja de vergüenza. -Ehh me voy a bañar, perm…permiso…o sea, después levanto esto, o –ahora era yo quien no podía juntar palabras- -No, no, tranquila –mi padrino sale del umbral de la puerta, levanta sus manos en señal de tranquilidad y camina hacia mí- no tengas vergüenza, estamos en familia y te ves muy bien con ese bikini Llevo la vista hacia otro costado, trago saliva –gracias, me lo regaló mamá- no se me ocurrió nada más que decir cuando siento que posa sus manos en mis hombros y empieza a acariciármelos -No pasa nada, eres una muchacha muy guapa. Deja que tu belleza salga a la vista, no la escondas –me posa ...
... su palma en la mejilla – Levanté la vista y por primera vez noté la altura y diferencia de cuerpos entre mi padrino y yo: mi cabeza le llegaba al inicio de su pecho, sus hombros eran el doble de los míos, su mano cubría casi por completo el costado de mi cabeza. Y allí estaba, de brazos cruzados, roja de nervios y vergüenza, sonriendo malamente y escuchando como mi belleza era única. -Bueno, me iré a bañar –le dije y rodeé su ser para entrar a la habitación. No contaba con que me seguiría y tendría la excusa de: -Creo que dejé esos documentos por algún lado ¿no hay problema si los busco? -Pero me quiero bañar –le miraba semi bajo- -Descuida, no demoraré –se me acerca, nuevamente coloca sus manos en mis hombros, pero esta vez una la lleva de inmediato a mi cintura – además, soy tu padrino, te conozco desde que naciste, te he visto desnuda mil veces – Sin saber cómo, lentamente me empieza a empujar hacia la pared, dejando mi cuerpo entre esta y el. Extiende su brazo y cierra con mucha lentitud la puerta. Siento el girar del seguro, miro su mano regresar hasta mi hombro y luego lo miro a él. -Pa...padrino...sergio ¿qué haces? –estaba nerviosísima, mordía mi labio al punto de que casi dolía- -Ahora nada –acerca su boca a mi cuello y empieza a besarlo y luego lamerlo – pero pronto haré mucho. Sentí un estallido en mi estómago cuando posó su lengua sobre mi piel. Mordí más mi lengua y presioné con fuerza sus hombros, fuertes, duros, morenos. Con sus manos atravesó desde la cintura ...