1. El estigma (2)


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... porque hay un padre, una madre y una hija a la que los dos cuidaremos. Pero es más: No creo que la niña deba carecer de hermanos y hermanas. ¿Qué opinas al respecto hermanita? Que nada deseo más que darte nuevos hijos, hermanitos y hermanitas para nuestra hija. Te quiero con toda mi alma, hermano y marido mío. Como la hermana tuya que soy pero como la mujer que también soy. Casi diría que este amor por ti me duele de tanto como te quiero. Te juro Víctor, que sin ti no puedo vivir. Hasta ahora mi vida ha sido un árido páramo desértico que tú has convertido, desde ayer, en ubérrimo Paraíso en la Tierra. Te adoro hermano y esposo mío. Un nuevo beso lleno de dulce pasión, de absoluta entrega mutua, cerró esas palabras pues, sin más, el coche reemprendió la marcha llegando al poco a la casa de los padres de ambos. Como era de esperar, papá y mamá monopolizaron a Víctor tan pronto como la pareja entró en la casa, por lo que no fue sino al rato cuando el padre pudo conocer a su hija, pero no como su padre, sino como su tío, pues las abuelos de la niña no dejaban a Víctor ni a sol ni a sombra. En un momento, socarronamente, Elena llegó a decir Papi, mami, a este paso haréis que le coja celos a Víctor, pues me estáis reduciendo a un cero a la izquierda desde que mi hermanito regresó al hogar paterno… Y claro, ante este comentario las risas florecieron que eran de oírse. A tener en cuenta que, no obstante a lo que Elena decía, ni un momento se había separado de su hermano, prendida a ...
    ... él con un brazo que se apoyaba en el de Víctor, en tanto con su otro brazo sostenía a su hija, la hija de Víctor y Elena, que ella se la acercaba lo más posible a su padre, a Víctor, que a su vez colmaba de besos a su hija y sobrina, pues ambas cosas era la niña a un tiempo. Y de señalar será que la niña tomó inmediato cariño al que entonces sólo conocía como su tío, demostrado por los frecuentes besitos en el rostro del tiíto y los no menos frecuentes abrazos con esos bracitos que embelesaban a su padre. Bueno, lo cierto sería decir que a Víctor su hija le traía embelesado desde que la vio por vez primera y que Elena no cabía en sí misma del gozo y orgullo que producía ver así a padre e hija. Sí, todo saldría bien, y ella con su hermano constituirían un matrimonio con más dulzura que entre todas las confiterías de la ciudad juntas. Transcurrió la cena entre la general alegría y a eso de las doce de la noche Víctor dijo que se marchaba a su apartamento. Entonces Elena dijo que los días que su hermano estuviera con ellos, ella pasaría las noches en casa de su hermano: Llevaba mucho tiempo sin verle y prefería irse con Víctor para charlar los dos un rato antes de irse a dormir. Aquella noche la niña se quedó con los abuelos, pero cuando se presentaron en la casa paterna al siguiente día, en la casa de Víctor, que ya era el primer hogar de los dos, había una habitación preparada para la niña, con su camita, su armario, su cómoda y estanterías donde poner muñecos, juguetes y algún ...
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