1. El estigma (2)


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasando las de Caín, con el alma en vilo y la boca cerrada, pues era incapaz de articular palabra alguna: Su faringe se negaba a emitir sonido alguno y los ojos le escocían de tanto “tragarse” las lágrimas que desde que acabara de hablar a gritos le exigían libertad para desparramarse por su rostro. Quería hablar, romperse en lágrimas de arrepentimiento e implorarle perdón a su hermano, dispuesta a humillarse ante él hasta lo indecible para que él la perdonara y la mantuviera a su lado. Aunque fuera como “Su PUTA hermana” y no “Su putita hermana”, pero no podía. Algo la mantenía allí, quieta, callada y anhelante Por fin Víctor se volvió hacia ella y la “Putita hermana” vio brillar los ojos de su hermano, pero sin encontrar en ellos nada más que emoción y, sobre todo, cariño; tal vez fuera mejor decir arrobamiento. ¡Nuestra hija, Elena; la hija de ambos, de los dos! ¡Dios, y cómo podré agradecerte esta hija nuestra! Ahora sí que Elena rompió a llorar, pero a reír también, pues esas lágrimas lo eran de alegría por el gran peso que se acababa de quitar de encima. ¡Víctor aceptaba la paternidad de esa hija! Y… ¡De qué manera!... ¡Dándole a ella las gracias, cuando ella no sabría ni qué hacer para agradecer a su hermanito que acogiera así a la hija de ambos! ¡Sí, él era su marido y ella su mujer, pues Víctor se lo acababa de confirmar! Si no hubiera sido por la rápida reacción de Víctor, el choque frontal con otro vehículo hubiera sido inapelable, pues Elena se había ...
    ... desentendido del volante al intentar lanzarse en brazos de su hermano. Este entonces, jocoso, le dijo ¡Tranquila hermanita o nuestra hija queda huérfana de padre y madre en un santiamén! Víctor había tomado con una mano el volante abandonado por Elena, maniobrando para recuperar la mano derecha y salir del carril contrario. Pero en esta maniobra por poco no colisiona con otro vehículo que venía por ese mismo carril; suerte que este otro coche maniobró bien y les pudo adelantar por la derecha sin tocarse. Elene entonces, aprovechando que por su derecha no había ningún otro coche inminente, aceleró y Víctor de llevar al automóvil hasta la acera, frenando allí por fin ¡Ay Dios mío! ¡Poco más y nos matamos! ¡Pero aquí estabas tú, mi amor, para salvar la situación! Elena se había lanzado en brazos de su hermano, besándole, abrazándole… Era feliz, se sentía dichosa, contenta…. Era como si viviera un sueño… ¡Víctor, su hermano, su marido, aceptaba del mejor grado el ser el padre de su hija! ¡No le había afeado el haberle manipulado, el haber tomado la decisión de hacerle engendrar en ella una criatura! ¿De verdad cariño que no te importa que me apoderara así de tu esperma, que me hiciera embarazar por ti así, sin decirte nada, sin que siquiera lo supieras? Pero hermanita, qué mayor maravilla puede haber para mí que engendrar vida en ti. Y qué más da cómo fue: Lo importante es que me hiciste el padre de tu hija. Y lo que somos nosotros tres, tú, yo y nuestra hija querida hermanita: Una familia ...
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