Solidaridad agradecida
Fecha: 05/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... querían. -Tú quieto Carlos, nosotras darte amor, tú quieto-me dijo Sara Mientras ella me besaba, ponía sus tetitas en mi boca para que las lamiera y chupara. Mina acariciaba mi polla, dura como un palo, su olor a sudor profundo, sacaba, en mí, el animal en celo. Ellas llevaban la situación. Los labios de Sara en mis labios, los de Mina en mi polla, me di un pellizco, ¿acaso estoy soñando? -Ahora tú follas- dijo Sara, que es la que tenía el español más controlado, se subió sobre mí. Mientras Mina me ofrecía sus tetitas, sentí su coño mojadito abrirse poco a poco, mientras se introducía mi polla lentamente hasta las pelotas, Mina acariciaba mi pecho y sonreía, el tacto del coño de Sara era magnífico, como un guante para mi polla. Mina se sorprendía cuando le indiqué que se incorporara sobre mí y situara su sexo a la altura de mi boca, pero obedeció, su coño, marrón y repleto de pelos negrísimos, olía de forma peculiarmente intensa, apreté sus nalgas con mis manos, y lo acerqué a mi boca, busqué su clítoris y lo besé, lamí y mordisqueé suavemente, metí mi lengua en su coño, el sabor era maravilloso, mientras Sara me cabalgaba dulcemente, sin sacársela, haciendo movimientos musculares con su coño que apretaban mi polla. El zumo del coñito de Mina inundaba mis labios, mi cara, y llegaba a mi cuello, movía su culito y gemía de gusto, le metí un dedito en el culo. Nos incorporamos, yo en el centro, Mina y Sara cada una aun lado, abrazándonos, riéndonos, mi polla brillante por mi ...
... corrida y su corrida, ellas acariciándome, besándome, bajando por el cuello, mi pecho, mi vientre, hasta llegar a mi polla. La visión de estas dos maravillosas negritas, lamiendo mi polla, sonriendo con sus ojos y con su boca, con sus dientes blancos, me hizo pensar que ya puedo morir tranquilo, sus bocas de labios prominentes turnándose sobre el capullo de mi polla. Sus caricias amorosas me hicieron reaccionar, en menos de diez minutos, nuevamente la tenía tiesa, bien tiesa. En su torpe español, Mina me dijo: -Yo sé que tú gustar mi culo- y, dándose la vuelta, se puso en cuatro patas, ofreciéndome su agujero negro y maravilloso, y un trasero redondo y fantástico, posiblemente el mejor que haya visto en mi vida. A cuatro patas, sobre el borde de la cama, yo detrás, de pie con mi polla acariciando la entrada de su coño, y su culito húmedo de flujo, y Sara tras de mí, acariciándome la espalda y besándome el cuello. Apunté mi polla a la entrada del culo de Mina y lentamente le metí el capullo, no tuve dificultad, sin embargo, notaba cómo su esfínter apretaba mi polla como no lo había hecho ningún culo de los que había follado hasta el momento. Centímetro a centímetro, su divino culito engulló toda mi polla, hasta los mismísimos cojones, yo seguía empujando, pero ya no había nada más que meter. Sara susurró en mi oído: -En mi cosa nunca boca de hombre, yo querer probar- y dicho esto, se puso de pie en la cama, con las piernas abiertas, ofreciendo su coño a mi lengua, lamí y besé su ...