LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Duro
Voyerismo
Autor: reininblack, Fuente: xHamster
... puedo permitírselas! Mi tío dice que no debo consentir que nadie me toque ahí. Entodo caso nunca antes de...Montse Fernández dudó, se detuvo, y su rostro adquirió una expresión boba.El señor Delmont era tan curioso como enamoradizo.—¿Antes de qué. Montse Fernández?—¡Oh, no debo explicárselo! No debí decir nada al respecto. Sólo sus rudos modalesme lo han hecho olvidar.—¿Olvidar qué?—Algo de lo que me ha hablado a menudo mi tío —contestó sencillamente Montse Fernández.—¿Pero qué es? ¡Dímelo!—No me atrevo. Además, no entiendo lo que significa.—Te lo explicaré si me dices de qué se trata.—¿Me promete no contarlo?- Desde luego.—Bien. Pues lo que él dice es que nunca tengo que permitir que me pongan lasmanos ahí, y que sí alguien quiere hacerlo tiene que pagar mucho por ello.~¿Dijo eso, realmente?—Sí, claro que sí. Dijo que puedo proporcionarle una buena suma de dinero, y quehay muchos caballeros ricos que pagarían por lo que usted quiere hacerme, y dijo tambiénque no era tan estúpido como para dejar perder semejante oportunidad.—Realmente, Montse Fernández, tu tío es un perfecto hombre de negocios, pero no creí que fueraun hombre de esa clase.—Pues sí que lo es —gritó Montse Fernández—. Está engreído con el dinero, ¿sabe usted?, y yoapenas si sé lo que ello significa, pero a veces dice que va a vender mi doncellez.—¿Es posible? —pensó Delmont—. ¡Qué tipo debe ser ése! ¡Qué buen ojo para losnegocios ha de tener!Cuanto más pensaba el señor Delmont acerca de ello, más convencido ...
... estaba de laverdad que encerraba la ingenua explicación dada por Montse Fernández. Estaba en venta, y él iba acomprarla. Era mejor seguir este camino que arriesgarse a ser descubierto y castigado porsus relaciones secretas.Antes, empero, de que pudiera terminar de hacerse estas prudentes reflexiones, seprodujo una interrupción provocada por la llegada de su hija Julia. y, aunquerenuentemente, tuvo que dejar la compañía de Montse Fernández y componer sus ropas debidamente.Montse Fernández dio pronto una excusa y regresó a su hogar, dejando que los acontecimientossiguieran su curso. 60 de 107El camino emprendido por la linda muchachita pasaba a través de praderas, y era uncamino de carretas que salía al camino real muy cerca de la residencia de su tío.En esta ocasión había caído ya la tarde, y el tiempo era apacible. El sendero teníavarias curvas pronunciadas, y a medida que Montse Fernández seguía camino adelante se entretenía encontemplar el ganado que pastaba en los alrededores.Llegó a un punto en el que el camino estaba bordeado por árboles, y donde tina seriede troncos en línea recta separaba la carretera propiamente dicha del sendero parapeatones. En las praderas próximas vio a varios hombres que cultivaban el campo, y unpoco más lejos a un grupo de mujeres que descansaba un momento de las labores de lasiembra, entretenidas en interesantes coloquios.Al otro lado del camino había una cerca de setos, y como se le ocurriera mirar haciaallá, vio algo que la asombró. En la ...