1. Mami qué será lo que quiere el negro


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Primera Vez Sexo Interracial Autor: Fireinyourbed, Fuente: xHamster

    ... de su vida o trabajo. Tocaron un botón de la pared y se empezó a oír muy suavemente una música cálida y tranquila de tipo africano. Kenwotu encendió dos cigarrillos y me dio uno a mí. Yo había fumado muy poquitas veces, pero me di cuenta de que tenía que hacer lo mismo que él, y le fui dando caladas al cigarrillo, que tenía un sabor y olor tan intenso y diferente del tabaco habitual que fumaban amigos y amigas de mis padres que me hizo toser un par de veces al tragarme el humo. Pangwo había hecho lo mismo, y él y Marta también fumaban mientras hablábamos.No sé ahora cuanto tiempo pasó, pero recuerdo que Pangwo tomó algo de la bolsa de plástico que Kenwotu había dejado sobre la cama y se llevó a Marta hacia la otra habitación. La miré, ella me sonrió con la mirada un poco perdida al marchar y la vi desaparecer en la estancia contigua con Pangwo, que entornó la puerta de comunicación sin llegar a cerrarla del todo. Entonces me di cuenta de que Kenwotu se había puesto en pie y se estaba quitando la camiseta. Vi que el tatuaje del brazo se extendía a gran parte del pecho. Me acerqué a él, me sorprendí por mi atrevimiento acariciando con mis dedos el dibujo de la piel del hombre. Kenwotu me acarició la cara y bajó las manos por mis cabellos hasta la espalda, me acarició la cintura y subió las manos levantándome la camiseta para sacármela. Yo puse mis brazos hacia arriba mientras la camiseta abandonaba mi cuerpo, y mis tetas quedaban al descubierto, porque no utilizo sostenes. ...
    ... Kenwotu me apretó contra él, aplastando mis pechos contra su pecho, me agarró por la nuca y me besó. Sentí su lengua entrar en mi boca y me aparté suavemente.Kenwotu se quitó las botas y los calcetines, se desabrochó el cinturón claveteado y se bajó los tejanos. Su estómago es plano y fuerte, con los músculos bien marcados, y los muslos poderosos de un hombre que debe dedicar bastantes horas en el gimnasio a cuidar su forma física. Llevaba un slip negro que revelaba unos órganos sexuales de gran tamaño, tanto el pene como los testículos, pero, curiosamente, no sentí miedo de nada. Yo me senté en la cama, me quité las botitas, me bajé los pantaloncitos y me estiré en las sábanas casi desnuda, cubierta sólo por el tanga que apenas tapaba mi sexo. Kenwotu me continuaba mirando sonriendo, y se notaba que su pene cada vez ocupaba más espacio en el interior de su slip. Pero yo no tenía miedo, no era para nada una virgen temerosa de ser violada, estaba allí porque quería, ya era hora de divertirnos, era lo que habíamos pensado y planificado Marta y yo mientras veíamos en su habitación películas porno. Agarró la bolsa de plástico, y sacó un espray y una pequeña terrina, que depositó junto a mi cabeza en la almohada. Con un gesto rápido y enérgico se bajó el slip, liberando sus genitales, ahora sí que me quedé impresionada y sentí por primera vez aquella noche de mi estreno como guerrera una gran inquietud y temor al ver un pene tan grande en el vientre del negro.Delante de mí, al lado de ...
«12...567...12»