Con uno de mis amigos de la adolescencia (Primera parte)
Fecha: 26/03/2019,
Categorías:
Gays
Confesiones
Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos
... el sillón y nos besamos apasionadamente. Le quité la camisa, le besé las tetillas, se las mordí y volví a besar. Él deliraba de placer, lo que hacía que el mío aumentara más. Empecé a desabrocharle el cinturón del pantalón. Lo miré a los ojos le besé nuevamente las tetillas, les pasé mi lengua, mientras mis dedos seguían con el botón del pantalón y comencé a bajarle el cierre de la bragueta. En ese instante, levanté la mirada hacia él y al ver esa cara de placer, con sus ojos cerrados, y moviendo su cintura hacia los costados, subiendo y bajando, rebusqué por entre el bóxer y su piel hasta encontrar su hermoso, caliente y latiente pene, el cual me lo metí rápida y enteramente en mi boca. ¡¡Cuánto extrañaba ese gusto delicioso de un pene!!! Lo lamí y relamí saboreando cada centímetro de su pedazo. - “Ayy Carlitos… qué divino que sos!! ¡¡Cómo la chupás, por favor!! Los años que nos perdimos de poder hacer todo esto”, mientras levantaba y bajaba su cintura para pajear su pene con mi boca. Dejé de chuparle el pene y empiezo a bajarle el pantalón. Él ayuda levantando su cintura y tiro del pantalón hacia sus pies. Le quito los zapatos y luego el pantalón quedando sólo con el bóxer un poco bajo y sobresaliendo su hermoso enorme pedazo. Le fui bajando lentamente el bóxer, y al mismo tiempo me incliné otra vez y me puse su pedazo de placer en mi boca. Y ...
... mientras yo lo paseaba dentro de mi boca, le quité el bóxer quedando totalmente desnudo. En eso me dice: - “¡¡¡Ayy Carlitos cuidado estoy por acabar!!!” - “Mm mm m” le contesté afirmativamente moviendo más mi cabeza y agarrándole el tronco del pene, y de inmediato sentí los tibios chorros de su delicioso elixir, el cual me tragué con placer. Cuatro potentes y deliciosos chorros. Una vez que tragué todo lo que había acabado dentro de mi boca, empecé a lamerle todo su pene. No le dejé ni una gota de leche sobre el mismo. - “Carlitos… Me enloquecías entonces, pero te puedo asegurar que ahora muchísimo más. Lo que más felicidad me da, es que no me equivoqué con respecto a vos… Así que tu primo fue el que te “inició”. Habría que felicitarlo porque te enseñó muy bien.” - “Sí. Fue mi mentor. Lo adoraba y lo sigo adorando. Como a un dios, ¿viste? Pero por vos me doy cuenta ahora, con todo lo que pasó recién, y vamos a seguir, por supuesto, que por vos siento algo mucho más fuerte. Más terrenal.” Mientras hablábamos nos recostamos en el sillón abrazados, besándonos amorosamente. Realmente me sentía como con mi primer amor: mi dios: mi Primo. Y seguimos besándonos amorosamente hasta que Eduardo empezó a besarme con más pasión y sus manos a recorrer mi cuerpo. CONTINUARÁ... (siempre y cuando guste) Para contactarme, en mi perfil se encuentra mi correo electrónico.