1. Busco madura (3): Chantaje a la madre


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... como una flor. – dame, dame fuerte, tu puta se portó mal, dame… Entendía todo, esta mina (mujer) quiere emociones fuertes, por eso con un par de metidas fuertes, se agita, sacude, zarandea el culo cuando la primera nalgada la estremece. La estremece y sorprende, pero amenaza. – Eso, eso! Dale, pega, zurra a tu puta que resiste a que te la cojas. Dame, pija, cogeme cabrón!! Es lo más procaz, en esos momentos sus palabras y mis azotes son ambrosía, nos el mismo sexo, con asperezas, vigoroso y salvaje, luchado y disputado, disfruto dando azotes, disfruta y se entrega. El sexo a pleno, por un momento olvidamos la urgencia y la premura de las necesidades orgásmicas de ella, todo era empujar y meter, cuanto más salvaje mejor para ambos. Seguí moviéndome desde atrás, dándole “duro y parejo” apretando y penetrando con la mayor intensidad, la contingencia del vaivén con tanta energía, sacándola bien afuera para entrarle con firmeza podía tener ese accidente, tan conveniente, como que al volver a impulsarme para enterrársela, tan húmeda la zona y tan jugosa la pija, la entré por el agujero equivocado, la reacción fue toda una sorpresa. - Cabrón, cabrón, para, para, me rompes el orto!!! El grito a media voz fue lo suficiente para sacarme de ese espacio ganado en su ano, apreté y ajusté la presión sobre su cadera, aprisioné con firmeza sus nalgas entre mis piernas. El delicioso accidente de entrarle en el hoyo había sido una deliciosa causalidad, desearlo tanto y ahora, sin proponerlo, ...
    ... la cabeza del choto dentro, abriendo y dilatando el esfínter. - De sacarla ni hablar no? - Sacártela no es negociable. Déjame hacerte el culo o habló? - Bueno, pero… dame un momento para relajarme, por favor… Me había jugado al ahora o nunca, tenerla dentro de ese culito tan delicioso, era el deseo cumplido. Sentía su esfínter latir, ceñir fuertemente al miembro, sin esperar el vía libre, comencé a moverme despacio, ganando espacio en el dilatado recto de Euge. El silencio era aceptación, el movimiento lento pero insistente tuvo su premio. El dolor de la dilatación fue copado por al excitación del macho dominante apretando sus tetas, ella echó manos a la obra, frotándose el clítoris con intensidad. La presión de mi cuerpo sobre el de ella, la intensidad de los envíos a fondo, derribaron la postura a cuatro patas, quedó de bruces recibiendo mi poronga dentro del ano. Los gemidos arrecian y la mujer exige acción. - Vamos, vamos, mete pija. Vamos maricón, rómpele el orto a tu putita, vamos cogeme, más rápido, más rápido, no aflojes ahora que estoy bien cerca. No me aflojes cabrón de mierda, dame pija, dame garche, hacele el culo a tu puta. Rómpeme el orto, quiero fuerte, quierooo Las palabras jadeadas y gemidas mientras mordía la ropa para ahogarlos, eran el más vivos sentido de la lujuria de una mujer cuando le hice sexo anal, nadie la igualó, ella era la más deliciosa hembra, insuperable en procacidad y en gozar una poronga dentro del culo. Mientras se debatía en las redes de ...