Emilio (El rufián - 2ª parte y regreso a San José)
Fecha: 04/04/2019,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... Cuando llegaron abajo, a unos diez metros a la derecha, estaba aparcado el Toyota de Juansi. Y con Santiago sentado en la parte de atrás, salieron hacia Almería. Eran las 03:18. No tardaron mucho en cruzar Almería... y ya en la carretera que llevaba a San José, charlaban amenamente, a pesar del cansancio. Al entrar en el pueblo, Juansi aparcó frente de la Farmacia, sin pretenderlo; y según se despedían y le agradecían el servicio, Santiago se dio cuenta de que alguien bajaba paseando tranquilamente en dirección a ellos. - ¡Que tarde han cerrado hoy los del chiringuito!, ¿no?… dijo Santiago, mirando por el cristal. El que viene por ahí es Cesar. - ¿Si?… Levantó la vista y… - ¡Si, si!… dijo Juansi Abrió su puerta y esperó… - ¡Hey, hey, hey!, ¡oiga!… ¿dónde va Vd., a estas horas? - ¡Coño!, Juansi… ¿y tú por aquí? - ¡Pues, mira!, que he venido a traer a los Sres. Y entonces Cesar reconoció a Emilio y a Santiago. - ¡Buenas noches! - ¡Hola, Cesar!, dijo Santiago… - ¡Hola! - ¿Que tarde habéis cerrado hoy?, ¿no? - ¡La verdá es que si!; y miró el reloj… pero fue hace ya más una hora. Ahora vengo de darme un bañito en la playa, que esta noche hace calor… - Si, ¡ya lo creo!… más que en Aguadulce ¡eh!, dijo Juansi. - ¡Oye! Se me está ocurriendo, que podíamos acercarnos a la playa de Mónsul… a ver amanecer... ¿te apetece?… ...
... Juansi se quedó pensándolo... y - ¡Si!, me voy a quedar a ver el amanecer en la playa de Mónsul, que mañana descanso... … ¡a ver!, tengo un par de batidos, una botella de whisky y un paquete de Malboro… entonces, ¿nos vamos?... - ¡Venga!, que tengo ganas de darme otro bañito. Se acoplaron en el Toyota; y después de despedirse, por la ventanilla, arrancaron y se alejaron hasta que se perdieron en el horizonte. - ¡Bueno, niño!... a ver que le cuento yo a esta ahora, dijo Santi, refiriéndose a su mujer. Porque seguro que está esperándome despierta. - Todavía no es muy tarde, Santi... - ¡Bueno!, ya veremos… ¡hasta mañana! - ¡Hasta mañana! Santiago, giro a la izquierda, y Emilio subió hasta llegar a la esquina. La luz del porche estaba encendida y su abuelo estaba tumbado en la hamaca. Seguro que se ha quedado dormido, pensó... - ¡Abuelo!, despierta... que ya son las cuatro, largas… Marcos lo oyó; y abrió los ojos… se incorporó un poco y... - ¡Si, es que se ha estropeáo el ventilador, y no hay quien pare ahí dentro!, niño… no sé cómo esta mujer puede dormir. Emilio se dio una ducha y volvió a salir al porche… - ¡Anda!, ¡venga! Date una buena ducha, como yo; y verás como así puedes dormir… ¡que ya son las cuatro y cuarto!, abuelo!… y estoy cansáo… Entró en la casa, y pasando a su habitación, se dejó caer encima de la cama.