1. No hay nada como una madura insatisfecha como Tere


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos

    ... lógicamente yo con las mujeres detrás. Pero Ramón insiste en ir en el metro, alegando que nosotros no tenemos prisa y que todo el mundo anduviera con coche, que será un follón circular y aparcar mucho más. Todos hacen caso a Ramón y yo mentalmente lo maldigo. El andén está repleto, mi padre me avisa de que una vez dentro del vagón, no quite ojo a las mujeres que hay mucho listo. Yo digo que si con mi cabeza. Entramos como podemos en el vagón y yo por los empujones me quedo justo en la puerta contraria a la de la entrada, ellos se acercan a mí, cubriendo ellos a las tres mujeres. La que queda más cercana a mi es Tere. Ramón y mi padre siguen hablando de lo mismo, Lola y mi madre de una boda que tienen ese verano. Me daba la sensación de que Tere iba abstraída en sus pensamientos, como me quedaba medio de lado, yo observaba esas tetas enormes que tiene. Que gusto daría perderse entre ellas, estaba pensando yo. Cuando me pilla mirándoselas. Estaba quieta ni pestañeaba. Estaba indiferente, como si estuviera por encima del bien y del mal. Ahora estaba más de frente a mí, me la quede mirando fijamente. Ella también hizo lo mismo sin inmutarse. Y como en un desafío ninguno aparto la mirada de los ojos del otro. Seguimos mirándonos los dos quietos y sin mover un músculo. Me estaba poniendo nervioso, no sé si de excitación o de timidez, pero no deje de mirar. Al llegar a la siguiente estación, al abrirse las puertas entro mucha más gente, no cabía ni un alfiler más, eso hizo que ...
    ... hubiera movimientos. Quedando Tere más cerca de mí, pero se dio la vuelta para hablar con Lola y con mi madre. A mí también me empujaron y movieron, quedando justo detrás de Tere. Me agarré a la barra donde Tere iba agarrada también, cuando mi mano hizo contacto con la suya, fue como una descarga, me empecé a excitar. Yo movía la mano como quien no quiere la cosa y ella aguantaba el tipo. En otro movimiento de la gente y lo digo de verdad, sin querer le puse todo mi paquete en su culo, que tuvo que notar la media erección que tenía. Yo creo que hasta me puse rojo. - Perdona, pero están empujando de atrás Ella en tono comprensivo y con una gran sonrisa, me dijo… -No te preocupes. Le devolví la sonrisa. Pero estábamos tan apretados que yo seguía pegado a ella. Yo ni respiraba, para no rozarme y no llegar a una erección total. Pero con el traqueteo y tanta gente era imposible del todo. Ahora la punta de mi polla quedo en el mismo centro de su culo. Si no llevara esos taconazos no hubiera llegado a estar ahí. Pensé yo. “Eso” empezó a crecer de una manera rápida y bestial, no se podía ocultar. Ella se quedó quieta. Se giró y me miro directamente a los ojos, la mirada no supe interpretarla, si era una mirada o no. Mi movimiento era mínimo, yo diría que imperceptible. Ella tomo otra actitud, se movía suavemente, yo no sabía si por el movimiento propio del vagón. Decidí salir de dudas. Me moví y empuje descaradamente. Ella carraspeo, le debió pillar de improviso. Después de un ratito ...
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