1. No hay nada como una madura insatisfecha como Tere


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos

    ... haciéndolo, pare y trate de no rozar. Cuando noto, que como quien no quiere la cosa, como si fuera accidental ella se pega a mí. Tengo una erección como nunca, me pierde el peligro y el morbo. Ya estamos en otra estación, sale gente, pero yo creo que entran más, esta vez logro colocarme otra vez pegado a la puerta que no se abre. Posición más discreta para mí. Cogí por la parte de atrás de ella su cintura, atrayéndola de forma discreta hacia mí. La sentí muy nerviosa, pero se dejó llevar, no creo que nunca ella se hubiera visto en una igual. El metro se puso en marcha de nuevo. Ahora saldríamos ella y yo de dudas. Mi mano se abrió paso por debajo de su falda, recorriendo sus muslos de abajo hacia arriba. Yo esperaba su reacción y fue, ponerse el bolso delante, sujetándolo con las dos manos y no opuso ninguna resistencia. Lo que no sabía si por no montar un escándalo o simplemente por gusto. Cuando mis manos llegaron a sus bragas me detuve. Quería ver como reaccionaba, quería saborearlo. Recorrí muy lentamente el contorno de sus bragas. Llegando con mis grandes dedos a tocar su rajita desde delante hacia detrás. Notaba, aunque trataba de disimularlo, que la respiración había variado y donde más se notaban, eran en sus enormes tetas. Para mi estaba siendo súper excitante. Ver la sonrisa estúpida de su marido, además de recordar lo gracioso que fue el día anterior. Fue acordarme de eso y no me lo pensé más, con mi hábil mano, aparte a un lado las bragas y lo que con ellas solo ...
    ... parecía humedad, era un rio. Desde atrás y con mi dedo llegue al clítoris, moviéndolo en círculos. Lola la pregunto ya que la parecía que tenía mala cara. Ella como pudo le contesto que era por el agobio de tanta gente. Ahora aproveche y la metí dos dedos, que creí que lo mismo costaría, pero entraron como en un tarro de miel, sin ningún problema. Quedaba poco para llegar a nuestro destino, pero la siguiente estación mientras yo metía hasta lo más hondo y sacaba mis dedos, entro más gente, que parecía imposible, pero entraron. Fuertemente empujaron y todo el mundo se movió, quedando Tere y yo separados un poco del resto. Ramón y mi padre me hicieron señas de que estuviera pendiente y yo con la cabeza les hice señas de que no se preocuparan, pero pensando a la vez “metieron al lobo a cuidar las gallinas”. Ella quedo de frente, lo que aproveche sin cortarme nada, para con disimulo chuparme los dedos. Ella me miraba con ojos encendidos (no sé si de enfado, excitación o ambas cosas). Ya me daba igual todo y con el mismo disimulo, puse una mano de tal manera que podía tocar sus esplendidas tetas, ella me miraba con insistencia y fijamente a los ojos. Se acercó a mí y me dijo al oído… -Ya vale hijo puta, o te estas quieto o monto el follón. Deje de tocarla las tetas, pero no me rendí, a la misma vez que le metía ahora la mano por delante y sus bragas seguían como las había dejado, llegue a su clítoris el cual estaba como una piedra inclinándome un poco la dije al oído… -Monta el ...
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