Historia del chip 027 -Tres son multitud - Daphne 009
Fecha: 11/04/2019,
Categorías:
Dominación
Grandes Relatos,
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... Los dos se acercan a ella. —¿Ya estás bien? — pregunta Jennifer, algo preocupada. —Perfectamente. Debió ser un bajón o algo así. Quizás si durmiese de vez cuando en vez de acercarme a inmundos seres solo pendientes de sexo. —Entonces es el momento de explicarte qué haces aquí. Renoir las mira fijamente, Daphne comprende que él toma las decisiones, no Jennifer. —Hace años fui reclutada, Daphne. —¿Reclutada? ¿Por quién? —Por nuestro gobierno. Por una de sus agencias. Mi nuevo cuerpo y la entrada en la escuela de modelos me fue impuesta. Daphne por fin entiende que Jennifer tuviese tantas modificaciones ajenas a las que una modelo necesitaba para desarrollar su trabajo. —¿No tomaste tú la decisión, entonces? Jennifer mira a Renoir, indecisa —Es algo complicado de explicar. Renoir tampoco es completamente libre de tomar sus decisiones. —¿Y qué tiene que ver esto conmigo? —Me pidieron que te reclutase —¿A mí? ¿Qué utilidad puedo tener yo? —Mucha —interviene Renoir. —Es mejor una pareja. Daphne no pensó que estuvieran hablando en serio. —No entiendo la propuesta. ¿Qué se supone que deberé hacer? Renoir se lo explica —Sólo tendrás que apoyar a Jennifer. Y siendo amantes, no debería ser tan difícil. Daphne sigue con algo de frío, a pesar de haberse secado al sol. —¿Y si no acepto? ¿Me habéis hecho algo? ¿Por qué sigo con frío? Jennifer se asusta y miró a Renoir, tratando de sonsacarle. —Tengo órdenes —dijo Renoir, encogiendo los hombros. Jennifer y ...
... Daphne se miran con asombro. Jennifer reacciona antes. —¿Qué pasa si no acepta? ¿Pretendes dejarla aquí? —Sería un accidente, Jennifer. La debilidad que siente ahora sería debida a un corte de digestión. —Yo puedo nadar hasta el barco y traerlo —replicó Jennifer, molesta, y sobre todo, asustada. —Eso te traería problemas, Jennifer. Esperemos a ver que decide Daphne, antes que nada. Daphne no tiene dudas. —No pienso ser el muñeco de nadie. No deseo esa vida. Jennifer se queda sorprendida, no reconociendo esa faceta suya, con tanto coraje. Renoir se queda estupefacto. —¿Ni siquiera vas a intentarlo? Daphne se niega. —No, el mero hecho que alguien puede pensar en asesinarme me indica que no sois los buenos. Prefiero morir. Renoir se queda en blanco. La cara pálida y sombría. Jennifer y Daphne se cogen de la mano. Jennifer no tiene el aplomo de Daphne, pero prefiere compartir su suerte a ni siquiera pensar en dejar a Daphne abandonada allí. —Nunca hubiera cumplido la amenaza, Daphne. Iba de farol —explicó Renoir. Las dos mujeres respiraron aliviadas. —Entonces… ¿qué pasa ahora? —pregunta Jennifer. —Poca cosa. Las dos estáis fuera de la agencia. Y yo cambiaré de fisonomía. Iba a ocurrir de todas maneras. Aunque deis mi descripción, no servirá para rastrearme. —Entonces… ¿yo también estoy fuera? —preguntó Jennifer, necesitando la confirmación. —Sí. Eres libre. Daphne, duerme un rato más. Prefiero volver cuando te sientas más fuerte. Daphne asiente.