Todo sea por ayudar a mi hermano
Fecha: 30/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Mercedes, Fuente: CuentoRelatos
De alguna manera tenía que hacerlo y debo confesarles que traté de hacerlo de la mejor manera que pude y si bien estoy satisfecha de la forma como lo hice. La cosa comenzó hace justamente un mes, y era también un día viernes como hoy. A mí, casi todas las cosas trascendentes me han sucedido los días viernes, de ese modo he tenido tiempo para reflexionar los sábados y los domingos descanso. Ese día viernes mi madre venía llegando del médico, demasiado seria para mi gusto, de modo que me temí lo peor. Ella tiene 55 años y a esa edad las mujeres suelen tener problemas. Mi madre es una mujer demasiado seria. Es una estupenda madre muy responsable y nos ha dado una educación excelente a los tres hermanos, pero debo reconocer también que es algo anticuada, para los tiempos que vivimos, y tiene muy poco tacto para los temas delicados. De modo que no me sorprendió, cuando al preguntarle por lo del médico, me dijo que no era por ella, sino por mi hermano Oscar que tiene dieciocho años y vive con nosotros. En suma, sucedía que mi madre había descubierto que mi hermano había adquirido, sin poder abandonarlo según ella, "el vicio de la masturbación" con dimensiones muy preocupantes. Para apoyar su juicio, me contó, que ella lo había sorprendido numerosas veces en la referida práctica a diversas horas del día, que tenía en su cuarto almacenado todo tipo de revistas pornográficas, que había bajado de peso en los últimos meses más o menos unos cinco kilos, que se andaba quedando dormido ...
... en todas partes, que su ropa interior parecía gastarse exageradamente en su parte delantera y que todos los días tenía que cambiar las sabanas de su cama porque eran evidentes las inmensas manchas de semen que las decoraban, recortando diversos tipos de figuras que a esa hora de la mañana ya estaban endurecidas. Le dije a mi madre que yo no encontraba alarmante nada de lo que me contaba, que todos los jóvenes hombres y mujeres se masturbaban, que no era un vicio, que no producía efectos dañinos y que hasta era considerada una práctica saludable y que... Pero mi madre no me dejó terminar, diciéndome que el médico le había dicho lo mismo, pero que ese médico era un ignorante y yo una mujer deslenguada y libertina y que ella sabía perfectamente lo que tenía que hacer con su hijo y con eso se terminó la conversación. A mí, la verdad, me dio un poco de risa, pero conociendo el carácter de mi madre empecé a preocuparme y esa noche tuve una pesadilla en que veía a mi hermano corriendo desnudo por el largo pasillo de mi casa y a mi madre persiguiéndolo con un cuchillo cocinero con claras intenciones de castrarlo. Me desperté sudorosa y asustada. Ese día y los siguientes, el referido asunto no ocupó mi mente, porque diversos problemas en la empresa en que trabajo me abrumaron, pero de nuevo el viernes se me apareció con connotaciones nuevas. Mi hermano había pedido permiso para ir a una fiesta, de lo que me alegré bastante, porque pensé que, la socialización era una buena cosa para ...