1. Todo sea por ayudar a mi hermano


    Fecha: 30/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Mercedes, Fuente: CuentoRelatos

    ... moderar sus ímpetus masturbatorios, que siempre son exacerbados por la soledad. Si no he de saberlo yo que a mis 35 años me masturbo con una regularidad y dedicación dignas de mejor causa, todos los viernes en la noche. Justamente estaba terminando mi práctica semanal en el paroxismo de la felicidad, cuando escuché que mi hermano llegaba caminando sigilosamente hasta su cuarto. Se trata de un muchacho muy bien educado, respetuoso y buen alumno. Un chico casi modelo. Volví a pensar en lo que me había contado mi madre y sentí unos deseos muy sinceros de ayudarlo, pero la verdad era que en nuestro grupo familiar reinaba una incomunicación absoluta en materia de intimidades y ni que decir de sexo de lo cual nunca se ha hablado, ni siquiera en la despedida de soltera de mi hermana, lo que era como demasiado. Sin embargo, como estaba despierta y satisfecha, pude escuchar los ruidos muy especiales que salían de la pieza de mi hermano No podría definir con claridad la naturaleza ni característica de esos ruidos, pero de repente, algunos me evocaron los sonidos diabólicos que había escuchado en la película El Exorcista. De modo que, con mucho cuidado, me encaminé, así nomás semidesnuda, pero con cautela, hacia el cuarto de mi hermano para ver si podía concluir algo. Su cuarto estaba en semi penumbra y la puerta cerrada, pero la pequeña ventana que da al pasillo tenía la cortina levemente deslizada, por donde pude observar lo que me habría sido muy difícil imaginar. Oscar estaba en ...
    ... medio de su pieza, totalmente desnudo, masturbándose como malo de la cabeza frente al poster de una exuberante mujer desnuda. Si bien lo observado me pareció impactante, no era nada que no hubiese podido imaginar, de modo que me aprestaba a marcharme, cuando Oscar, con movimientos de una rara solemnidad, se encaminó hacia su cama, tomó los dos almohadones grandes, uno de los cuales yo misma le había regalado y los puso ceremonialmente en el suelo, enseguida sacó el poster de la hembra desde la pared, lo extendió sobre los almohadones y se tendió sobre la imagen perforando a la mujer justo allí donde tenía que perforarla. La mujer ni siquiera se quejó claro, pero Oscar gozaba de su hazaña de una forma tan auténtica que era conmovedor. Allí emitió unos sonidos de esos del Exorcista y enseguida, poniéndose de pie derramó sobre la violada imagen, el más espectacular chorro de semen que yo hubiese imaginado y no digo visto porque la verdad que no le he visto aunque me habría gustado. Después de lo descrito, mi hermano, volvió a su cama y yo me disponía a volver a mi cuarto, cuando Oscar reanudó su práctica manual, estando tendido de espaldas, mientras periódicamente repetía un nombre de mujer agitando su miembro, que bueno es decirlo, era de largo normal, pero de grosor no sé si normal, no tengo mucha experiencia pero era grueso, bien grueso de verdad. Con cada nombre de mujer que pronunciaba, el ritmo de su masturbación cambiaba, haciéndose más o menos intenso. Así por ejemplo, pude ...
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