La pequeña Emily
Fecha: 15/05/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: arteomx, Fuente: SexoSinTabues
Y así, la pequeña Emily estaba sobre mí, clavándose solita la tranca que ya antes había mamado con gula. Debido a mi trabajo, mis horarios siempre han sido diferentes al del resto de la gente. A veces duermo de día, a veces de noche. A veces descanso toda la semana o no, pero siempre tengo que trabajar los fines de semana, justo cuando los demás pueden divertirse y hacer fiestas. Sucede que los tíos me invitaron a una fiesta en algún lugar del estado de Hidalgo en México, y allá me dirigí después de terminar un evento muy grande y cansado. Mientras viajaba, como yo no iba al volante, dormí un par de horas en la parte trasera del camper, Al mismo tiempo, la familia se adelantaba con la diversión, las copas y el baile. Llegué al rancho a eso de las tres de la mañana cuando ya la mayoría o estaba borracho o estaba a punto de caer de sueño, así que solo tomé una copa y me fui a la sala donde seguido dormía algunas veces que estaba de visita. Poco tiempo después, cuando ya todo el mundo estaba dormido y el sol aún no asomaba, escuché unos murmullos detrás del respaldo del sofá donde yo descansaba. Eran mis sobrinas Emily y Montserrat. -Cuando se acerquen más, me levantaré de golpe y las asustaré- Pensé. Estaba planeando levantarme cuando pude entender lo que decían: -Ahorita todos están bien dormidos. Ni se va a dar cuenta- Dijo Montse. -¿Y en serio la tiene dura?- Preguntó Emily. Escuchar esas palabras de labios de Emily me hizo quedarme quieto y seguir escuchando de qué ...
... hablaban. La curiosidad pudo más que mis ganas de pegarles un susto. -A todos los hombres se les pone dura y caliente en la mañana. A mi tío Javier se la toqué el otro día, cuando estaba borracho. Después se la chupé y sabe rico. –Dijo Montse. -¡Wow! –Pensé. --No puedo creer que tan chiquitas, estas dos niñas estén pensando en sexo, y menos que quieran explorar de manera tan furtiva. Seguí tranquilo sobre el sofá fingiendo que dormía cuando una pequeña mano se metió bajo la delgada sábana con que me tapaba. El pantalón deportivo que usaba ése día para dormir al tener el elástico un tanto vencido, no le impidió el meter su mano hasta encontrar mi pene que, ante el morbo que me produjo su plática, se encontraba en plena erección. -Tócalo con ganas. –Dijo Montse. –Seguro que no despierta porque siempre todos se ponen borrachos. Montse ignoraba que yo había llegado cuando ya todo había terminado, y al contrario de los demás, yo me encontraba prácticamente fresco, así que me dediqué a disfrutar de las suaves y tímidas caricias que la pequeña Emily me daba. Emily es una niña que siempre ha mostrado una estatura menor a la de los niños de su edad. A sus ocho años parece de cinco o seis, pero tiene unas muy pequeñas nalguitas paraditas y redondas con una cintura que casi podría abarcar con mis dos manos unidas y tocando mis propios dedos a uno y otro lado de su cintura. Emily siempre me ha saludado con mucho gusto al verme llegar y nunca se despega de mi lado durante las reuniones. Dice que ...