1. HABITACIÓN 103 –almas gemelas-


    Fecha: 19/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: teomiranda, Fuente: RelatosEróticos

    ... cayó en la cuenta de que no había toallas y se dijo, él lo ha provocado, él ha de disfrutarlo. Una mano en cada hombro, casi desnudos hasta la mitad, fue lo que percibió en ese momento y la sacó de esos pensamientos; como en el local, pero esta vez inaudible, se dijo,por fin!. Notando además sin volverse a mirar, como entre sus nalgas se apoyaba algo duro que inmediatamente intuyó lo que era, no solo no dijo nada, con toda naturalidad soltó el botón de su pantalón para dejarlo caer con un pequeño vaivén de piernas y bajó sus bragas justo hasta la mitad de sus muslos; se apoyó en el lavabo un poco agachada y espero con ansia sentir aquél pene que había percibido segundos antes. Deseaba ser penetrada urgentemente por aquél hombre, le daba igual por donde fuera, solo quería tener aquél pene dentro de ella. Como esos segundos se le estaban haciendo muy largos decidió tomar la iniciativa y, en esa posición en la que estaba, sacó un poco más sus nalgas hacia él, dio un corto paso atrás buscando ese trozo de carne que ansiaba y lo encontró. Con certera puntería y más probablemente por la dureza de ese miembro, con una lentitud exquisita comenzó a notar como su vulva recibía centímetro a centímetro aquél ansiado trozo de hombre; era capaz de notar como aquél miembro se iba despojando de su piel a medida que entraba en ella, en las paredes de su sexo notaba como la cabeza de ese ariete se deslizaba acariciando cada poro. Sin remediarlo, se corrió, fue un orgasmo silencioso que ...
    ... solo se dejó notar en la cadencia de su respiración que se convirtió por un momento en resuello. No era capaz de encontrar un porqué, pero ese miembro desconocido hasta ahora, ese segundo miembro en su vida, ese ariete de carne, le estaba dando todo el placer de su vida pero además sentía como al mismo tiempo en cada movimiento lento y cadencioso, le estaba aportando ternura, amor, cariño y calor; no era posible pero podría asegurar que ese miembro estaba enamorado de ella como ella de él. Habían sido cinco partos y un aborto en seis años, habían sido para ello, muchas, muchas penetraciones para alcanzar tanto parto y en ninguna ocasión había tenido tantas sensaciones como en esta ocasión, bueno, en realidad, ni tantas, ni ninguna como estas. Sensaciones de lascivia, ternura y amor, eso, amor, esa era la sensación que sentía; a pesar de la postura, a pesar del tórrido encuentro, estaba sintiendo que hacía el amor, que le hacían el amor; no estaba follando como hasta ahora, se sentía amada aún sin conocer casi el rostro de su enamorado. Estaba en todos estos pensamientos, con todas esas sensaciones cuando de repente, otra vez sin poderlo evitar, de nuevo se corrió, otro orgasmo la alcanzó, le ayudaban sus pensamientos, sus sentimientos, su deseo, pero sobre todo la cabeza de ese miembro que la estaba transportando a las más altas cimas del placer; se preguntó para sí, y eso le hizo escapar una sonrisa y un suspiro, será por esto el nombre del hotel?. El paraíso para ella. ...
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