Fabricando a la mujer perfecta
Fecha: 03/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... miro a mí y a su tripa alternativamente y salió corriendo. Yo me quedé como un tonto con la polla fuera, goteando algo de semen, y terminé sentado de culo en el suelo. Ahora vendría el profesor, pensé. Luego me llevarían al despacho del director y me expulsarían, con lo que no podría terminar el instituto ese año. Y quien sabe si podría terminarlo o no. La había cagado a base de bien. Pasaron como treinta minutos y nadie acudió al vestuario. Me levanté, me limpié el semen que quedaba y me recompuse la ropa y salí de allí. El mes que quedaba de curso transcurrió tranquilo. Lorena no se chivó, aunque eso sí, ni me volvió a mirar. Aun así, aprobé todo en junio. Entonces tomé una decisión, me olvidaría por completo de las mujeres. Amelia y Lorena habían sido la señal. Aprobé la selectividad con nota alta y me decidí por estudiar ingeniería robótica. Siempre me habían fascinado las películas de ciencia ficción y quería aprender esta ciencia. El primer día en la universidad conocí a mi compañero de cuarto, José Luis, un tío muy majo, que me cayó bien enseguida. Me enseñó nuestro cuarto y después de colocar mis cosas, nos fuimos a la cafetería de la universidad a tomar algo. La cafetería estaba llena de gente. Chicos y chicas en su primer día fuera del nido, como decía yo. Se acabaron los días de estar con papá y mamá y nos tocaba volar fuera del nido. Ahora éramos adultos. Estábamos los dos en una mesa sentados y pude ver como un grupo de chicas que estaban juntas en la barra, ...
... no le quitaban los ojos de encima a José Luis. Hace años me hubiera dado envidia de él, pero ahora mismo pasaba de las mujeres. Para mi eran como los extraterrestres, si es que estos existían. Una semana después, volvía de clase, cuando entrando en nuestro cuarto, pillé a José Luis follando con una de las chicas que habían estado mirándole el primer día en la cafetería. La chica estaba sobre él y sus tetas botaban arriba y abajo. José Luis la cogía de las caderas y al principio no se dieron cuenta de que acababa de entrar. La chica empezó a correrse porque se puso a gemir con una loca y ese momento José Luis giró la cabeza y me vio. Me hizo el gesto de que me callara y siguió follándosela. Ella seguía como en éxtasis con la cabeza echada hacia atrás y no se dio cuenta de que estaba allí. Cuando José Luis se corrió también, me largué del cuarto. Pese a que pasaba de las mujeres, me seguían gustando y el hecho de ver aquella chica desnuda me puso cachondo. No podía volver a mi cuarto hasta dentro de un rato, por lo que me metí en uno de los baños comunes del campus y allí me la meneé. Mientras estaba con ello, me vino a la cabeza la paja de aquella vez, en el vestuario de las chicas con Lorena. Esta vez mi semen saltó al váter y no a su tripa (no había nadie allí, evidentemente, solo en mi cabeza), por lo que me corrí a gusto y me olvidé de ella. Más tarde volví al cuarto, pero no le conté nada a José Luis de lo que había visto. Transcurrieron cinco años y terminé la carrera. ...