El pitón de Jorge
Fecha: 07/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... los ojos y quiso que le baje short y calzoncillo con la boca, que le toque la pija, se la escupa y me pegue en la cara con ella. Apenas la olí i lamí mi piel se prendió fuego con la fiebre de ese chorizo prominente. No pude evitar la catarata de flujos en mi entrepierna. Era deliciosa, gordota, dura, cabezona, caliente, sudaba adrenalina y un olor a huevos que me descolocaba. Después me apoyó en la pared fría y, agachadita como estaba me derretí, porque la juntó en el medio de mis tetas y se movió diciendo: ¡Sami va a ser tan puta como vos guacha!, y pronto una sustancia espesa, con olor a rejilla húmeda y medio agridulce nubló el rubor de mi cara, y algo de eso entró en mis labios apenas acabó agitado y sorprendido tal vez. Al otro día me descubrió viendo porno a la madrugada en el living. No había tiempo para mucho con todos en la casa, aunque durmiendo. Así que me sentó a upa, colocó su pija entre mi calza y la raya de mi cola, me aprisionó lo más que pudo a su pecho y empezó a sacudirse rápido mientras me rozaba la conchita con un lápiz; hasta que tronó en mi entrepierna su lluvia blanca. Enseguida me mandó a la cama. Donde no conseguí el sueño de tanto oler y lamer mi bombacha con su semen y un dedo entrando y saliendo de mi vagina. Encima esa noche dormí al lado de Sami, ya que se había quedado una tía y Jorge le prestó mi cama sin consultarme siquiera. La vez que me acabó en la boca como una bomba de crema fue cuando llegué del cole con un 3 en inglés y un 2 en ...
... plástica. Esa siesta, apenas Lucas se las tomó y Sami dormía como un angelito, Jorge me ató a una silla, me bajó el joging y la bombacha, me cubrió la cara con mi propia remera, me bajó el corpiño para liberar mis tetas y llamó al perro para que me huela las piernas y la concha. Después me hizo pajearlo tras enseñarme con paciencia y pura fiereza cómo debía hacerlo, con mi pulgar sobre su glande enorme y con toda la mano babeada por él. Luego me re chupó las gomas y mientras decía: ¡qué putita sos, pero sos re burra, lo único que sabés hacer es coger no?, sos una chetita muy calentona!, me comía la boca chasqueando un dedo en mi vulva flujosa. Hacía 7 días que había cogido por primera vez con el hermano de Delfina, mi mejor amiga. Necesitaba volver a vibrar con un pito en mi interior. Pero el tamaño de la verga de Jorge me impresionaba. De prepo me llevó a su cama y me metió la pija sin tapujos gritando: ¡abrí bien la boquita puta, y no me muerdas porque te cago a palos, chupame toda la verga!, y le rendí culto a todas las pelis que vi hasta intentar meterme todo lo que pudiera, para lamer y chupar, gemir como una nenita caprichosa, y para luego devorarme sus bolas pajeandolo con ambas manos. Ahí soltó su leche contra mis labios, y me prohibió tragarla toda. Después de esa tarde, muchas veces me ocultaba bajo la mesa mientras él mateaba para petearlo. Me cogió recién cerca de fin de año, y fue porque yo me andaba paseando desnuda por la casa mientras doblaba ropa y preparaba mi ...