las siete vidas del gato - El mecánico de mi moto
Fecha: 29/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: relatosdesexgay, Fuente: SexoSinTabues
... peludito, el pelo desenmarañado del sudor y su pene que ahora era diminuto y casi no se veía entre aquellos hermosos huevos. Me contó cómo había disfrutado, me preguntó si me había gustado y yo, ya totalmente tranquilo y confiado, le respondí que sí, Estaba muy contento. Allí nos hubiéramos quedado horas, pero la hora de la comida ya había llegado y ambos teníamos que volver a nuestras casas. Me lancé y pedí a Alejo que me dejara ayudarlo a vestirse, cogí sus calzoncillos que estaban muy mojados del sudor y antes de ponérselos me los restregué por todo el cuerpo, por mi cara. Mientras le ponía la camisa le acaricié el pecho, los pelos suavemente, le masajeé las tetillas. Él se dejaba hacer y antes de salir volvió a besarme la boca durante un rato, acariciándome el trasero. . . Cerró el taller y nos montamos en su carro, me llevaba de vuelta a casa. Habíamos iniciado una conversación sobre la homosexualidad y él me contó como sabía que lo era desde los 17 años, en la mili estuvo tres meses follando con el cocinero de la cantina, un hombre que estaba gordísimo y al que tenía que acostar para chuparle la verga. En el taller, su único consuelo era hacerse pajas en su despacho cuando sus dos jóvenes ayudantes le provocaban fantasías. La conversación volvió a excitarme, así que a medio camino le bajé la bragueta y comencé otra paja, Bartolo llevaba su mano a mi pene cada vez que cambiaba las marchas. Le dije que me habían entrado unas ganas locas de comer verga otra vez y comencé ...
... a desabrocharle. "toño, déjame que yo necesito descansar, no puedo culiar otra vez y menos conduciendo". Pero no le hice caso, me incliné sobre su verga, le saqué los huevos fuera del pantalón y empecé a comérmelos. El no podía conducir bien así, y como vio que yo no paraba, salió de la autopista por la primera salida. Me di cuenta cuando paró el carro, que lo había hecho en un área de descanso con muchos árboles y que estaba vacía. Me hizo parar para bajarse los pantalones hasta el suelo y retirar atrás el respaldo de su asiento, yo hice lo mismo y seguí comiéndole la verga y los huevos, El olor a sudor era ya muy fuerte, y después de un rato, me pidió que parara. "No se me va a parar, pero déjame que te lo haga yo un poco a ti. " Y entonces fue él el que se inclinó sobre mi verga y comenzó a chuparme solo el glande mientras masajeaba el resto. Su lengua hiso con mi pene los mismos juegos que cuando nos besábamos, al poco estaba loco de gusto, y cuando el se metía la verga casi entera, hasta donde la cabía en la boca, chupándola como una ventosa creí morir. Me iba a correr y me decidí. " Alejo, déjame que te haga una cosa, déjame que te haga el amor, quiero metertela en el culo". Él me miró y paró, apretando con sus dedos el glande por si me corría, al poco, al ver que me había abalanzado sobre él tocándolo entero me pidió calma: "Venga, está bien, quítate los pantalones los zapatos y pasa detrás. ". De manera incomoda nos desvestimos los dos de cintura para abajo, y primero ...