Eventos de mi vida 4. Parte II Matina: Mi primera vez como receptivo
Fecha: 25/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Soy Ángel, nacido en México, concretamente en la ciudad de Puebla de los Ángeles. Mido 1.64 m., (soy algo chaparrón); peso 82 kg., (soy algo robusto, aunque obeso para nada); de piel trigueña y ando en los 50’s. Durante mi vida he tenido experiencias de todo tipo. De las sexuales, he tenido por igual homo y hetero. De éstas últimas nada podría decir que fuera extraordinario, únicamente lo cotidiano: Estuve casado, procreé familia, me divorcié y actualmente de nuevo soy soltero. Respecto a las primeras ¡Esas son otro rollo! Bastante variadas y acopian incluso, un par de violaciones múltiples. He estructurado la narración de los eventos que forman la historia de mi vida, en cinco grandes periodos que aluden a la estructura temporal de un jornal: Alborada. Matina. Meridiano. Crepúsculo y Angelus. Inicio mi relato con los eventos del periodo ‘La Matina’; me salté los de ‘La Alborada’, porque los de ésta, aún cuando los actos son de sexo, no incluyen penetración (en dos de ellos hay eyaculación) y una de las condiciones para publicar un relato es que el acto se concluya. Espero que ello no descontextualice lo que pasa en los siguientes; de cualquier modo, posteriormente intentaré que me los publiquen. Hace años vivía en un pueblo cercano a la ciudad capital de mi estado. En ese tiempo, el pueblo ese solo tenía escuela primaria y para los estudios subsecuentes, había que trasladarse a la ciudad. Estaba cursando el bachillerato y diario debía viajar; al término de las clases, ...
... tomaba el camión para volver a casa, el último salía a las nueve de la noche, no tomarlo, significaba quedarse varado lejos del hogar. Me desenvolvía en dos grupos sociales, el de compañeros de estudio y el de amigos del billar. Con estos últimos, con frecuencia recorría antros bebiendo. Cuando cumplí 18 años, me invitaron a celebrarlo y nos metimos a un bar. Distraído con los brindis y chistes que se contaban, no me percaté que las nueve de la noche estaban por llegar, pasó y a poco menos de las diez, uno de los compañeros dijo que se retiraba y generó con ello una desbandada, empezaron a irse cada quien a su casa, supongo; hasta que solo quedamos Jorge, de quien era más amigo, otro camarada y yo, solo entonces me di cuenta de la hora; no había que hacer, el último transporte que me llevaría a casa había salido, me encontré indeciso sobre qué hacer, Jorge sugirió comprar dos six’s y que los bebiéramos en su casa, el otro camarada declinó la invitación y se fue. Como ya una vez Jorge y yo habíamos terminado la parranda en su casa, acepté para que, mientras amanecía, no tuviera que beber más en el bar o deambular por las calles para matar el tiempo, con el riesgo que ello implicaba. Pedimos un six y salimos. Él era hijo único, su mamá, una diputada federal, por su ocupación pasaba mucho tiempo en la ciudad de México, por lo que la casa era casi de su uso exclusivo. Nos instalamos en la sala y terminamos las cervezas que nos tocaron a cada uno, cuando ya no hubo más le dije que ...