1. Eventos de mi vida 4. Parte II Matina: Mi primera vez como receptivo


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... descubierto las nalgas; que era lo que quería, olvidó la sutileza, empezó a acariciármelas con ambas manos, a estrujarlas, a mordisquearlas; las separó con los pulgares lo más posible y expuso el acceso a mi interior, haciendo con eso que se me escapara un apagado suspiro que esperé no hubiera escuchado y cuando sentí la punta de su lengua tocarlo, mi quejido fue más fuerte y claro, de nuevo esperé que tampoco lo hubiera oído, aunque para ser honesto, con ese nivel de calentura ¿Qué importaba si me escuchaba o no? El muy bandolero era hábil para dar esa clase de estimulación, luego de un momento, la gratificación que su lengua me daba se hizo enervante; de vez en cuando metía la punta, por cierto con algo de ayuda de mi parte, pues al sentir la presión, relajaba yo el esfínter; esa acción mía le hizo saber cuánto estaba haciéndome gozar, la paradoja es que yo seguía haciendo que dormía. Sabiendo que me tenía subyugado con la estimulación lingual, se detuvo un momento, se enderezó levemente y me sacó el pantalón junto con los calzones, la camisa tenía rato que había volado, volvió a meter la boca entre mis nalgas y su lengua en mi ano, metió ambos brazos entre mis piernas, los pasó bajo mis ingles, entrelazó sus dedos encima de mi espalda, jaló sus brazos, me hizo bajar el abdomen y parar la cola, así formé un arco que le ofrecía mejor mi entrada. Para entonces ya estaba yo como agua para nescafé, entonces retiró su boca de entre mis nalgas, ya me había lubricado la puerta ...
    ... de acceso con saliva, se hincó, le puso un poco a su glande, se acostó sobre mí, con la mano colocó la cabecita en mi ano y empezó a empujar. En ese instante tuve conciencia de una sensación que me ha perseguido toda la vida: su glande pareció transformarse en una especie de cojín carnoso, suave y flexible que envolvía la punta del pene y se amoldaba a la forma del orificio en donde presiona al pugnar por entrar, para con ello facilitar la penetración con tersura, de la porción dura del cuerpo del pene, como si éste fuera de hueso y el glande fuera de seda. En el momento en que entró, lo hizo irrumpiendo abruptamente en mi interior y eso se dio por las siguientes razones: Al empezar a empujar para meterlo, inconscientemente contraje el esfínter, eso hizo que él imprimiera más fuerza al empuje; sin embargo, no es posible mantener el esfínter contraído de forma continua y menos durante mucho tiempo, se relaja de forma intermitente e involuntariamente, como si palpitara, en una de las palpitaciones se relajó y el miembro pudo entrar, como la presión ejercida era intensa, al hacerlo se me fue completo y no llegó a tocar mi fondo, porque su miembro no es muy grande, solamente lo normal en el mexicano promedio, el suyo mide más o menos unos 14. 5 centímetros de longitud, en cambio mi recto tiene 19.3 centímetros de profundidad; para poder llegar a tocarme el piso del fondo, todavía requería unos cinco o seis centímetros más de longitud. Otra cosa inolvidable, más importante que las ...