1. La reeducación de Areana (18)


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... adolescente, su dedo medio se puso a trazar círculos mientras reanudaba su camino hacia abajo. Otro breve envión y el consolador se hundió un poco más mientras Lucía había empezado a jadear notando que el dolor ya no era tan intenso y que ese dedo que descendía en círculos era portador de un placer por el que su clítoris estaba ya clamando. Jadeó con fuerza cuando Amalia empezó a jugar con ese botoncito fuera del capullo, hinchado de deseo y emitió un gritito al sentir que esa cosa avanzaba y retrocedía adentro de su culo, aunque ya el dolor parecía empezar a retirarse para dejar su lugar a un incipiente placer que fue haciéndose cada vez más intenso y fundiéndose poco a poco en uno solo, intenso y abrasador, con aquel que surgía del clítoris, restallaba en su mente y se extendía después como corriente eléctrica por todo su cuerpo. Ella era ese placer, ese grito que se repetía una y otra vez, ese temblor cada vez más fuerte que no podía ni quería controlar, con Amalia sobre ella frotándole las tetas en la espalda, besándole y lamiéndole el cuello, explorando sabiamente su concha, metiéndole dos dedos que salían empapados de flujo y así empapados jugueteaban con el clítoris mientras el consolador avanzaba y retrocedía una y otra vez revelándole las delicias de una penetración anal una vez que el dolor inicial se amortiguaba primero y desaparecía después. Sintió que se estremecía en convulsiones cada vez más violentas en tanto que Amalia la acuciaba: -Así, putita, así… ¡Gozá, ...
    ... perrita, gozá! ¡te quiero bien puta! ¡bien perra! -¡Síiiiii!... ¡Síiiiiiii, señora! ¡¡¡¡¡Síiiiiiiiii!!!! –y estalló por fin disuelta en un orgasmo tan largo y placentero como no había tenido nunca. Amalia le sacó el consolador del culo, se enderezó y mientras su respiración se iba normalizando se dijo que esa niña ya era suya y que le serviría de maravillas en su rol de dominante de Areana en el colegio. Pero ahora iba a probarla como amante, ansiaba sentir esa lengüita y entonces esperó a que la niña se recuperara de tanto ajetreo al que la había sometido, se quitó el arnés y se tendió junto a ella, de espaldas. -Gozaste, ¿eh, putita?... –dijo y la besó suavemente en los labios. -Gracias, señora… Sí, gocé, claro que gocé… Me gustó mucho que me lo hiciera por el culo… -dijo y entreabrió los labios para el segundo beso de Amalia, cuya lengua le invadió para enredarse con la suya en húmeda danza mientras los cuerpos se apretaban el uno contra el otro y el abrazo las sumía en una suerte de noción de eternidad. -Vas a ser mi putita. –determinó Amalia. -Voy a ser lo que usted quiera, señora. -Quiero que seas mi putita, que vengas cada vez que yo te llame. -Sí, señora, ¿y con Areana? –preguntó la chica temiendo que por alguna razón Amalia hubiera cambiado de planes. -El Ama percibió ese temor y la tranquilizó: -Con Areana lo que hablamos. Va a estar a tu cargo en el colegio, vos y esas amigas que me mencionaste se van a ocupar de ella. Haganlé lo que quieran. El único límite es no ...
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