1. Yago (VII): Una tentación irresistible


    Fecha: 08/11/2017, Categorías: Gays Grandes Relatos, Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... vuelta, colorado como un tomate y asustado, intentó disculparse. - ¡Lo siento!, excelencia… El Marqués, absolutamente complacido con el cabo por lo bien que había realizado su encargo, se sintió con ganas de ejercitar su mas vistosa benevolencia. - ¡No os asustéis, sargento!. Me complace lo que aquí veo… ... ¡seguid, por favor!, la diversión no hace daño a nadie ¿no creéis? Y quitándose la casaca, se acercó a él, para abrazarle y meterle las manos en el calzón. - ¡Mmmmm!, que buen culo tenéis, sargento. Entonces, Gabriel se reincorporó y siguió con lo que estaba; y el sargento, más tranquilo, se abandonó a la lengua del Marqués y a la tremenda mamada que ya le estaba dando el cabo, otra vez. Pero en la torre, Salazar había empezado a aumentar el ritmo de sus embestidas; y le daba tremendos chupinazos a un Sarasola, que completamente despendolado pedía cada vez mas... comportándose como una verdadera puta. - ¡Ah!, cabrón. Que bien me trabajáis, decía; sacando el culo, y empujándolo hacía atrás. El capitán sentía ganas de morderle en el cuello y tirarlo al suelo; para quitarle los calzones y follárselo a saco, sin ningún tipo de miramientos. E, incluso, estuvo tentado de llamar a algunos de sus compinches del cuerpo de guardia, para follárselo al alimón. Pero, no podía ni imaginar lo que seguiría... Después de ultrajarlo, casi con desprecio; usando sus peores modales, y follárselo salvajemente durante casi dos horas, Sarasola se levantó muy serio, y lo agarró de la cara con ...
    ... fuerza… - ¡Sois precioso, capitán! Y empezó a comerle la boca, con ganas; y a meterle la lengua hasta el fondo, a punto de ahogarlo. - ¡Mmmmm!, me gustáis mucho… Mientras le metía una mano entre las nalgas desnudas y le introducía los dedos en el culo... - ¡Uhhh!… ¿todavía sois virgen?, capitán… Luego, empezó a morderle en el cuello, mientras continuaba metiéndole los dedos en el culo, cada vez con mas fuerza Y el capitán, que había empezado a quejarse en cuanto sintió los dedos en el culo... Ahora empezaba a revolverse; inútilmente, ¡claro!… porque el coronel, mas corpulento, ejercía un control absoluto sobre su cuerpo. Le giró, violentamente; y le obligó a inclinarse. - ¡A ver esta hermosura!, dijo, con cierta sorna. Y el capitán pareció relajarse un poco… Apoyado en la pared, el capitán dejaba su culo a disposición del coronel, que le mantenía bien sujeto. Salazar no pensaba que el coronel tuviera tanta fuerza; y en el fondo, confiaba en que moderaría el trato que estaba empezando a darle. De repente, sintió cierta humedad en su ano y un calorcillo muy agradable; que le gustó mucho. Y, en ese momento, se dio cuenta de que, aunque había gozado de numerosos machos, y disfrutado de ellos con todo tipo de juegos ideados por el Marqués y él mismo. Jamás había sentido el placer que proporciona una lengua en el ojete. Ni, tampoco, lo que se siente cuando te la clavan en el culo. Pero, justo en ese momento, un par de dedos de Sarasola entraban con fuerza atravesando su esfínter; y ...
«1234...»