Los amigos de mi mujer (3) Hugo
Fecha: 10/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos
Nunca imaginé que podría disfrutar tanto del sexo, y todo, gracias a los amigos de mi mujer… Bajamos a comer y, el resto de la tarde, la dediqué a realizar las visitas profesionales que tenía en la agenda. Marta se quedó en el hotel descansando. Al regresar, al hotel, Marta había preparado el equipaje, y dejamos el alojamiento, Regresábamos a casa, pues, al día siguiente, ella tenía que trabajar. Era secretaria de Dirección en unos grandes almacenes. El viaje transcurrió sin apenas conversación. Los dos parecíamos estar rememorando alguna escena, de las vividas recientemente. Hice un repaso mental de lo que habíamos vivido con Carlo y Nani, y no pude reprimir una sensación de un raro regusto, al recordar a Marta disfrutando, enculada por Carlo. Aquel cipote, cuyo tamaño superaba en largo y grueso al mío, había hecho las delicias a Marta. Al pensar en ello, se me ocurrió que a Marta, en realidad, le gustaban los pollones gordos, y el mío, apenas tenía una talla media… ¡Claro!… y por eso mismo, me fué tan fácil clavarla en el culo de Nani… ¡porque ya lo tenía muy dilatado!… -En qué estás pensando, Marta? -No… en nada… -me sonrió, y continuó ensimismada en sus pensamientos… -¿Crees que hemos hecho mal al compartir sexo con Carlo y Nani?… -le dije de sopetón… -¿Tú lo crees?… -contestó Marta- -¡Vaya… yo pregunté primero…! -Pues, Esteban… -(temí lo peor… que ella estuviese arrepentida, pues casi nunca me llamaba por mi nombre… pero me equivocaba)… -Verás… yo… estoy decidida a no ...
... dar marcha atrás… y… lamentaría mucho hacerte daño, a ti… pero, algo se ha revelado en mí… algo que me dice que debo seguir este camino iniciado. -Yo… -prosiguió- deseo con toda mi alma que me acompañes, pero de ninguna manera soportaría que lo hicieras a disgusto… -Marta… yo tampoco quiero dar marcha atrás… -dije- hagamos un trato entre nosotros, como Carlo y Nani, si te parece… -En materia sexual, vamos a permitirnos cualquier cosa que nos pueda apetecer, a cualquiera de los dos, y lo disfrutaremos juntos, o no… pero no lo haremos a escondidas con la intención de engañar al otro… -dije con rotundidad. -Me parece un trato justo… -dijo Marta-, ¡ya está bien de mojigaterías, y de falsa moralidad! Esteban… yo quiero disfrutar al máximo la vida sexual… pero también quiero que tú la disfrutes… como yo… juntos, si es posible… o por separado… Llegamos a casa ya anochecido, y, como estábamos algo cansados, decidimos darnos un baño en nuestra piscina, para relajarnos. Ya estaba yo en el agua, cuando Marta apareció completamente desnuda. Entró en el agua, y se acercó con una pícara mirada, rodeándome con sus brazos. Se sumergió, y antes de que pudiera darme cuenta, me había bajado el bañador, y se había apropiado de mi pene con su boca. Sacó la cabeza del agua, y me besó apasionadamente, tras lo cual me dijo: -Ven… gírate… -y metiendo su mano entre mis nalgas, me acarició el ano con la yema de su dedo corazón-… esta noche… este culito será mío… y de Manolín… Me cogió de sorpresa. No ...