1. Terminamos la amistad: Coyote Cojo


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... baja para bailar y saltar como locos. No era un bar gay y la homosexualidad hace 10 años apenas comenzaba a ser tolerada. Todos volteaban a mirarnos. Me soltó de la mano pero bailó sólo conmigo y entonces ¡pum!, una chispa se prendió en mi interior y le vi un brillo en sus ojos que jamás volví a percibir y quise besarlo y estrecharme en su pecho con mi rostro para inspirar su alma. La canción terminó. Subimos al grupo de amigos suyos. Hubo un silencio incómodo en cuanto nos acercamos, como si todos estuviesen hablando de nosotros, pero Jay estuvo desinhibido, seguramente intoxicadísimo. Se relajó el ambiente siguió su curso hasta que terminó la fiesta como a las 3 de la mañana. Jay salió conmigo y se despidió de sus amigos. Decidió que nos iríamos caminando a casa. Sabíamos que a pie sería cerca de una hora, pero nos pareció prudente para sudar el alcohol que traíamos dentro. Avanzamos en las sombras de las avenidas y, en un gasolinera, no encontramos a un par de chicos, tipo vaqueros o buchones, cargando el tanque de su camioneta y sintieron empatía de vernos borrachos pues ellos andaban igual. Socializamos con trivialidades un rato y nos invitaron un gran vaso de tequila que nos llevamos para seguirlo bebiendo mientras seguíamos el camino luego de despedirnos. Y de repente, tambaleándonos, me abrazo y así, abrazados, seguimos gran parte del camino. Nos soltábamos y nos volvíamos abrazar. Yo iba enamoradísimo. "Vamos a mi casa, Jay, podríamos hacer un porro y fumarlo en ...
    ... la azotea". Siguió conmigo. Llegamos a casa. Entré al cuarto por la yerba y el papel. Subimos y empecé a hacer el porro. Nos sentamos en unos leños rústicos que estaban ahí y disfrutamos el porro. Él estaba especialmente intoxicado y se notaba su inestabilidad, pero reíamos y seguíamos siendo capaces de hablar de la vida y de filosofía. Ya había pasado como media hora de estar sentado, pasaban las 4 de la mañana y le dije "me voy a parar porque ya la madera se me quedó marcada en las nalgas. " Y era cierto. Entonces me preguntó "¿en serio?," a lo que respondí afirmativamente y de inmediato pensé que esa pregunta significaba algo más. "Mira cómo se me quedó marcado," le dije cuando de inmediato me volteé de pie, dándole la espalda, desabroché el cinturón y pantalón, para bajarlo junto con mis calzones de dejar mi trasero expuesto. Me agaché para mostrarle mejor y sólo dijo "wow" mientras seguía sentado y con su mano derecha comenzó a tocar las marcas. "No inventes, Eriko, sí te quedó bien marcado, deberíamos de sentarnos en otro lado para que no de hagas daño. " Decía esto cuando ya tenía la mano izquierda también en mi cola, pero con ambas ya estaba más que auscultando marcas. Más bien ya me acariciaba y yo me prendía, se comenzó a parar mi verga de 16 cm, pero no lo notó porque subí mi ropa y me puse frente a él. "Vamos a estar más cómodos en la cama y sirve que dormimos un rato" le dije. Bajamos y nos acostamos. Estaba tenso el clima. Estábamos borrachitos y mariguanos. ...