1. La borreguita


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... mujer arruinada, poco afectuosa, con serios problemas de obesidad, viciosa de las novelas y el cigarrillo, poco anfitriona y para nada amable. En esa casa vive ella con los 3 más chicos, y solo cuenta con 2 habitaciones. Antes Natalia compartía el cuarto con sus hermanos. Les ofrecí ayuda conforme el tiempo iba pasando para acomodarles un poco la casa, y así puedan gozar de mejores comodidades. Arreglé los techos y pinté las ventanas. Por ahí un domingo cortaba el pasto, reparaba cañerías o, simplemente hacía el asado familiar para ellos. No culpé jamás a mi novia por tener vergüenza de su familia, pues, enseguida me enteré que sus 2 hermanos son chorros. Una vez los reconocí en un asalto al carnicero de la esquina de mi casa. No lo podía creer! Ella no tenía nada que ver con esas turbulencias. Odia la violencia, la intolerancia de la gente, lo desfachatadas que están las mujeres hoy por hoy, y el asado no le hace mucha gracia que digamos. Dice que es comida para reunir a los vagos. Pero eso no era nada comparado con los problemas de Gabriela. No solo había repetido noveno grado dos veces y coleccionaba malas notas, aplazos y citaciones a su madre en su cuaderno de comunicaciones por su inconducta. A su edad ya consumía marihuana, alcohol y, aunque solo cuando lograba robarle guita a sus tíos, se mandaba algo de cocaína a la sangre. Además era normal que en su casa se paseara en bolas o en calzones, siempre descalza y con la cara desencajada. Fumaba mucho y no se cuidaba ni ...
    ... el pelo. Natalia sentía un rechazo abismal hacia ella. Estaba cansada de intentar encarrilarla. Cuando iba a buscar a mi reina, las veces que me abría Gabriela, siempre me decía algo referido a lo sexual, o me miraba mordiéndose los labios, o se apretaba un pecho mientras murmuraba: ¡ya viene mi hermanita, se está poniendo linda para vos! Un par de veces, cuando me saludó con un beso en la mejilla, se atrevió a rozarme el paquete. Se lo oculté a Natalia, puesto que no quería un escándalo, y además pudo haber sido sin querer. Pero mi novia no era ninguna tonta. Una vez me dijo: ¡yo no sé si vos te das cuenta, pero mi hermana está re alzada con vos, y te quiere coger… no te le acerques, ni para saludarla, porque la voy a tener que matar, y a vos te la corto! Le dije que no coincidía con sus apreciaciones, que es una nena para mí, y que necesita ayuda. Discutimos un poco, y resolvimos que nosotros no somos quienes debemos poner fin a todo eso, sino su madre, con ayuda terapéutica, médica o como fuere. El tiempo fue pasando, y yo buscaba por todos los medios no pisar su casa. Pero cierto sábado tuve que ir, porque a Natalia le habían robado el celular, y no teníamos otra forma de arreglar nuestro encuentro. La vieja andaba descompuesta, y ella no pudo negarse a hacerle una visita. Me atendió Gabriela, luego de hacerme esperar cerca de media hora bajo el sol. Estaba desnuda, con una bombacha en la mano, agitada y sudada. ¡Nati se fue con la mami a la salita, pero si querés pasá y, ...
«1234...»