1. La borreguita


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... fresca y veloz. Cuando miro mejor descubro que era Gabriela, en bombacha, con la mirada perdida, descalza y algo disfónica. Natalia no disimuló su fastidio haciendo que un vaso se le caiga de la mano y se parta en el suelo. De una la Gabi increpó a su hermano mientras se le sentaba en la falda: ¡Dale guacho, dame merca, vos siempre tenés, no te hagas el gil! Lo peor de todo era que las señoras parecían no ver ni oír nada, más allá de su embriaguez y sus risas, como si estuviesen en una reunión de brujas. Ezequiel le tiró lo que le quedaba de vino en las tetas, y ella insistió, ahora con su mano sobre su pija dura. Se le notaba por lo ajustado de su short. ¡Dale pendejo, no seas rata, o te la tomaste toda con la putita de la Gise?, no tenés nada para tu borreguita?!, pronunció la Gabi, casi poniendo sus pechos sobre el rostro de su hermano. Se movía frotándose en sus piernas, se rozaba la vulva y se olía la mano. Dejé de mirar para calmar a mi novia que ya le decía de todo a su hermana. Hasta le sugerí irnos a la mierda. Pero la Gabi no la escuchaba, y mi novia tampoco a mí. La tensión crecía, las mujeres seguían bebiendo, los ojos de Natalia parecían desintegrarse en lágrimas de odio puro, la prima le cambiaba el pañal a su bebé, y yo temblaba con las cucharitas del postre en las manos. De repente veo a la Gabi arrodillada en el piso con su cabeza sobre las piernas de su hermano, y a juzgar por las expresiones del pibe, ella le tiraba los pelitos de las gambas y se las ...
    ... pellizcaba, se las mordía y no olvidaba su pedido de drogas. De pronto le baja la bermuda con la facilidad propia de una experta, le friega la cara en el bóxer, se lo muerde y estira con los dientes, le apoya las tetas en la verga mientras le susurra: ¡dame falopa bebé, y te la mamo bien rico como te gusta, si sos re cochino nene, no te hagas el boludo! No hubo necesidad de que decidiera nada. Ella le corrió el bóxer y se metió sin dudarlo su pija hinchada en la boca. Comenzó a subir y bajar con habilidad, a chupar y regalarle unos sorbitos que no podían atenuarse siquiera con el relator del partido en la tele. El flaco jadeaba y tomaba fernét. Al rato ella se sacó la bombacha y él se la quitó de la mano para olerla, siempre encendido por la boquita de la Gabi en su pija. Vi que le lamió los huevos, que le escupió la panza y la pija, que se la pasó por las tetas y que le dio un beso con lengua terrible, y que volvió a bajar para seguir mamando, ya sin reprimir sus gemidos. Entretanto Natalia discutía con su madre, por no detener tamaño desastre ante sus narices. Cuando me vio atento a las artes de su hermana, Natalia me dio una cachetada que me devolvió a la realidad. Sentí repugnancia por lo que hacía la Gabi con su hermano, que ya le pedía la leche como si tuviese un doctorado de mamadora con honores internacionales. ¡dame la lechita nene, o te vas a ir a pajear a la piecita?, damela toda turro, y después me das lo mío, que quiero coger toda drogada, re loca, dame todo hijo de ...
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