me voy a follar a tu mujer
Fecha: 19/08/2019,
Categorías:
Voyerismo
Autor: trikitrake, Fuente: xHamster
... No eres la primera a la que pica una medusa. Cada día atendemos a alguno más, pero tengo aquí una pomada que es mágica, te lo aseguro.Fue en ese momento cuando él levantó la vista por primera vez, descubriendo la peculiar pose de Claudia y el encantador color carmesí de sus mejillas. No disimuló para nada un directo recorrido visual a Claudia, poniendo especial atención a la zona de sus pechos que, pese a los intentos de ella por cubrirlos, dejaban al aire sugerentes y redondas zonas. Claudia se estremeció leve e involuntariamente.- Ponte mejor allí - le dijo Luis, señalando una tumbona de playa que estaba justo debajo del ventanuco desde el que yo espiaba ensimismado.Aquello había sonado como una orden y mi esposa obedeció sin objeción alguna, levantándose de la silla y sentándose en la tumbona. Luis hizo lo propio en la silla, a su lado y frente a mi vista. Le cogió las piernas por las pantorrillas y las extendió en la tumbona, haciéndola perder el equilibrio. Para recuperarlo Claudia tuvo que agarrarse al borde de la tumbona enseñando por unos instantes uno de sus pechos y su gran pezón, detalle que no pasó inadvertido a los ojos de Luis. El reanudó su tarea de curandero lentamente, con la parsimonia necesaria para mantener el encanto del morboso momento. Al sentarse no se había preocupado de bajarse el pareo y yo descubrí de nuevo a mi esposa aliarse con lo prohibido, espiando con cautela la polla de ese individuo, que, para suerte y gozo de ella, quedaba parcialmente al ...
... aire.Desconocía el rumbo que iba tomar aquello, pero algo me decía que la cura no iba a ser lo único que él iba a hacerle a ella. "Me voy a follar a tu mujer" sus palabras sonaron de nuevo fuertes y punzantes en mí, y por primera vez empecé a convencerme de esa posibilidad imaginándomelo lanzándose ya a lo bestia sobre ella, casi violándola.- Ya está limpia, Claudia - dijo él de repente, con un tono susurrante y tranquilo, destrozando mis violentas imaginaciones y no sé si también las de mi esposa, que tuvo por fin que dejar de mirar donde no debía para fijarse en la herida ya apañada.- Bien, vamos ahora a lo otro - volvió a intervenir con igual tono, sin que a mí me quedara muy claro si se refería a lo de la medusa o a algo mucho más atrevido.Luis rozó suavemente con la yema de un dedo la zona de la picadura, a medio muslo y Claudia se agitó levemente. Ya con la pomada en los dedos, estos se movieron con más presión, extendiendo el ungüento amarillento y dando brillo a la piel afectada. Pero Luis ya no se limitó a la zona enrojecida, sino que empezó a extenderla en el resto del muslo de mi mujer, con círculos mayores, cada vez más cercanos a su sexo. Era tal el atrevimiento del hombre que ella tuvo que retirarle la mano cuando la caricia iba a alcanzar la única parte del bikini que aún llevaba encima, posándola de nuevo donde la picadura. Pese a ello, él reinició la ansiada exploración y esta vez llegó a alcanzar por unos instantes la zona púbica de mi esposa, justo antes de ...