Mi nacimiento y evolución en el sexo II
Fecha: 26/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues
... por la espalda solo pasaba la tira de su bikini. Cogí el bote de crema y me puse un poco en las manos empezando a dárselo luego por sus hombros. Me lo tomaba con calma, quería disfrutar al máximo de tocar ese cuerpo, mis manos y mis dedos más que darle crema masajeaban su cuerpo; tras los hombros bajé a su espalda, era una espalda preciosa, su piel blanca, tersa y suave. Mis dedos la acariciaban y ella se dejaba hacer, seguía el camino de su espina dorsal, subía hasta su cuello y bajaba hasta su culo, pero sin tocarlo. Me crecí y me atreví a bajar los dedos hacia sus costados tocando sibilinamente sus tetas por la parte no cubierta por el bikini, volvía a subir hacia su espalda central para volver a bajar hacia sus tetas, que las notaba duras y suaves. Mi bañador no sujetaba mi polla, esta quería salir y me encontraba incómodo pero feliz. Seguí hacia abajo y llegué a las dorsales, no me atrevía a tocar su culo, lo rodeaba pero no lo tocaba, aunque no paraba de mirarlo, estaba arrodillado al lado de la tumbona, mirándolo, mientras mis manos repetían una y otra vez los mismos sitios y movimientos porque no quería terminar. Elsa, que así se llamaba la madre de Juan, giró la cara y sonriéndome me dijo: - ¿Qué te pasa Raúl?, tengo más partes en las que me da el sol y también hay que protegerlas, así que espero termines bien tu labor. Espoleado por ese comentario me animé y decidí ponerme manos a la obra, así que me volví a dar crema en las manos y las dirigí a esa prominencias ...
... que tanto me atraían. Comencé con prudencia y cuidado, no quería que por alguna causa aquello se acabase, así que poco a poco fui esparciendo por sus cachetes, con mucha delicadeza. En la medida en que le iba acariciando ella comenzó a respirar mas fuerte cada vez, y de vez en cuando se le oía un suspiro. ¿Se estaba calentando?. Animado por esa idea mis dedos empezaron a entrar cada vez mas en su culo, y en la medida en que le daba la crema, separaba sus cachetes y veía su culo en toda su majestuosidad ya que la cinta de tela no le cubría casi nada, llegando hasta otear ese agujero glorioso que nunca había observado en una mujer. Al rato de estar magreando su culo y cuando empecé a bajar mis manos por sus muslos y subir por su interior, para ver si podía tocar algo mas, ella se giró y dijo que ya estaba bien que lo había hecho muy bien y que me lo agradecía. Yo estaba de rodillas con mi polla ya muy dura y no sabía como hacer para que no me la viese. Tenía que hacer algo, no podía quedarme así toda la tarde y decidí que daba igual, no podía ocultarlo, así que me levanté sin mas. Ahí estaba mi bulto, tras el bañador, destacando. Elsa lo miró y abrió la boca. No dijo nada pero se quedó fija en él aunque esbozó una ligera sonrisa. Me giré y me fui hacia el agua con el fin de que bajase mi hinchazón. Estuve un rato en el agua fría hasta que vi a Elsa que se levantaba y venía hacia el agua. Su cuerpo, esas curvas, sus prominentes tetas, duras, tiesas y dominantes; su coño oculto se ...