1. Mi primo Enrique (parte 1)


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Gays Autor: aidan, Fuente: CuentoRelatos

    ... realidad yo no fumo y el recurso está ya muy gastado, pero funcionó. El tipo encendió un mechero pero lo apagó la brisa. Entonces le dije: - Vamos ahí junto al muro, que está más resguardado. Y más discreto también, claro. Ahora ya ni le dejé encender el mechero sino que pegué mi boca a la suya mientras él me echaba mano al paquete. Supongo que se sorprendió al ver que ya la tenía dura. Me desabroché los pantalones y me bajé el slip mientras él se la sacaba e inmediatamente se arrodillaba para chupármela. El tío lo hacía muy bien. Mientras, se masturbaba con una mano y con la otra me recorría la raja del culo, que yo tenía húmeda de sudor. Le follé la boca enérgicamente hasta que estuve a punto de correrme. Entonces la saqué de su boca y le solté unos buenos chorros de semen por la cara. Algunos le cayeron en la barba y otros en las gafas. Él se corrió también, derramando su leche por la hierba. Me la limpié, volví a meterla en el pantalón y me despedí: - Chao, tío - Hasta otro día Cuando llegué a casa no estaba demasiado motivado para seguir explorando el sexo de mi primo. Pero parece que Enrique deseaba lo contrario: me lo encontré en el sofá, ante el televisor, completamente desnudo y toqueteándose. Creo que esperaba que yo hiciera lo mismo, pero me senté a su lado tal cual venía. Enrique me insinuó: - ¿Hoy no tienes calor? - Sí, pero estoy bien así. Tú sigue. Y le apreté los pezones, suavemente al principio, después con más intensidad. Mi polla empezó a endurecerse dentro ...
    ... del pantalón. Aproveché para preguntarle directamente: - Me estuviste mirando el otro día con Sergio, ¿no? - Bueno, sí, un momento ... - ¿Y qué te pareció? - ¿Os lo pasabais bien, verdad? - Sí, claro - ¿Qué le estabas haciendo a Sergio? Enrique ya tenía dura su verga adolescente. Le acaricié el pecho y los muslos mientras le explicaba: - Le estaba dando por el culo. Es decir, metiéndole la polla por el ano. Da mucho placer, ¿sabes? - No, no lo sabía ... no lo he hecho nunca. - ¿Te gustaría? - Si no duele ... - Déjame hacer una prueba. Me levanté del sofá. En los pantalones ya se me marcaba un buen bulto, a pesar del polvo de un rato antes. Hice arrodillarse a Enrique sobre el sofá. - A ver, enséñame el culo. Le separé las nalgas con mis manos. El chico tenía un ano sonrosado, sin un pelo, que invitaba a follarlo. Me preguntó: - ¿Qué te parece? Por respuesta, me humedecí un dedo y lo paseé por su ojete antes de introducirlo muy suavemente. El músculo no ofreció ninguna resistencia, pero Enrique se sobresaltó un poco. Le murmuré al oído: - Estate quieto, guapo. Y relájate, verás qué gusto te da. Empecé a mover el dedo en su interior, mientras con la otra mano me desabrochaba el pantalón y liberaba mi verga del slip que la oprimía. Enrique parecía contento - Qué gusto, Miguel, sigue ... Le saqué el dedo y volví a chuparlo, antes de introducirlo ahora junto con otro. Mientras el muchacho se retorcía de gusto, se me ocurrió otra idea. Saqué los dedos y Enrique me miró con un deje ...
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