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ALIMENTACIÓN FORZADA
Fecha: 28/05/2019, Categorías: Dominación Tus Relatos Autor: sumisso2, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... por todas. Me puse a pensar que era la apuesta más fácil de toda mi vida, no había ninguna posibilidad de poder perder. Mi suegra Dolores no podía obligarme de ninguna manera a comer lo que ella quisiera, ya era mayorcito y no me dejaría. Quizás tenía pensado preparar algo exquisito para que no pudiese resistirme y así comer todo, pero no caería en esa estratagema. Cuando más pensaba más absurda me parecía la apuesta, la tenía ganada antes de realizarla. Obtuve la conclusión que mi suegra no era nada inteligente. Llego el día de la famosa apuesta. Me dirigí a casa de mi suegra sin decir nada a mi novia Isa. No quería que volviese a enfadarse o llevarse un disgusto por los enfrentamientos que tenía con su madre. Me abrió la puerta mi suegra más amable que nunca, eso era algo muy extraño. Me invitó a pasar y a sentarme en la mesa. - Bien, ahora vas a comer lo que a mí me dé la gana y zanjaremos este asunto para siempre, dejaras de ser un malcriado - Me dijo con total seguridad. - Eso no sucederá nunca, vas a quedar en ridículo con tu estúpida apuesta - La contesté. - Eso lo comprobaremos de inmediato, voy a disfrutar mucho te lo aseguro - Volvió a contestarme con un tono burlón. Dolores agarró una cacerola grande y la colocó sobre la mesa. Desconocía que había dentro porque llevaba puesta la tapadera. Yo estaba impaciente porque la destapase y me riese de mi suegra en su cara y decirla que no probaría bocado. Estaba impaciente por saber que iba a ...
... inventarse para convencerme. Era absurda la apuesta, me repetía yo mismo en mi cabeza una y otra vez. Iba a disfrutar mucho encargando a mi suegra que deseaba comer cada vez que fuera a su casa. Mi suegra desapareció de mi vista un momento sin yo prestarla atención. Continuaba mirando expectante la cacerola grande con una gran sonrisa en mi cara, cuando me asuste por completo al sentir como alguien me agarraba por detrás. Unos brazos fuertes y grandes me agarraron mis manos y con fuerza fueron conducidos hasta el respaldo de la silla donde me encontraba sentado. No tuve apenas tiempo de reaccionar cuando noté que unas esposas de metal rodeaban mis muñecas y se cerraban duramente sobre mis manos. Ahhhhhhh me queje por el dolor de las esposas, me giré y observe como mi suegra con una sonrisa en su cara terminaba de ajustarme las esposas a mis manos al respaldo de la silla. Estaban demasiado apretadas las esposas en mis manos, volví a quejarme a la vez que mi suegra las cerraba con una pequeña llave que posteriormente se guardó en el bolsillo de su falda. - ¿Que estás haciendo, pero que es esto? - Me quejé airadamente. Mi suegra Dolores sin responderme continuó a lo suyo. Agarró un manojo de cuerdas y se acercó hasta la silla donde me encontraba esposado. Comenzó a atarme los pies a las patas de la silla. Apretó duramente las cuerdas sobre mis tobillos, uno a cada pata de la silla. Agarró otra cuerda y me rodeó con ella mi cintura alrededor de la silla. Estaba frente ...