1. EL VIEJO QUE MÁS ODIABA ME COGIO


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Alex, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    EL VIEJO QUE MAS ODIABA ME COGIÓ
    
    Actualmente tengo 20 años, pero los hechos que voy a contar comenzaron hace unos tres años
    Me describo: Soy petiso, mido 1.65 m. peso 105 libras, moreno claro, ojos negros achinados, grandes, pestañas rizadas, labios pequeños pero carnosos, cintura estrecha talla 26- 28, uso ropa bien ajustada para resaltar mi  cuerpo especialmente mi trasero que es  muy bonito, redondito, paradito, algo prominente, soy bien amanerado: mi cuerpo, mis gestos, mi voz y mi modo de caminar son muy femeninos, no lo puedo evitar, así nací y me gusta , 
    Hasta hace dos años usaba el cabello hasta los hombros, por lo que cualquiera que me viera por detrás, pensaría que soy una chica muy atractiva.  Desde que tengo uso de razón, sé que me gustan los hombres, había tenido unas cuantas escaramuzas con algunos chicos de mi colegio en la secundaria, pero fueron solo toqueteos, nada serio, y era virgen hasta que el viejo que más odiaba me robó mi virginidad …. Y…… me encantó
    En la Universidad, solo me llevo con las chicas, no tengo amigos varones, no me siento a gusto con ellos, además por mis características femeninas, algunos de ellos se burlan de mí y me llaman nena.
    Hace tres años, en el primer año de universidad, venía caminando hacia un salón de clases, me encontré con este hombre maduro, que, al verme, lo hizo con una mirada lujuriosa, que me heló todo el cuerpo, sentí como con su mirada me desnudaba completamente y si hubiera sido un témpano de hielo, me ...
    ... hubiera derretido en cuestión de segundos ante él. Es la mirada con la que te está deseando, te grita que le perteneces, que quiere sodomizarte y hacerte suyo, que seas sumiso y te entregues a él.     El cuerpo se me estremeció como si hubiera recibido una descarga eléctrica, dejándome perturbado e hipnotizado.
    Aquella mirada me estaba diciendo todo, era como si me hablara. ¡Dios! Me sentía desnudo ante aquellos ojos que no dejaban de mirarme. Sentía como me iba desnudando, que me gritaba que era suyo y quería poseerme. Me desvié para no cruzarme con él, pero cuando seguía caminando, sentía su mirada fija en mi trasero, juro que la sentía y que me sobaba y apretaba mis nalgas, así sentía.
    
    Le pregunté a una de mis amigas si sabían quién era ese hombre que me había perturbado tanto  y me dijeron que era un profesor, que había estado en Estados Unidos mucho tiempo y que se había regresado ya jubilado, que tenía mucho dinero y que llegaba a la Universidad con unos carros súper lujosos comparados con los carros pequeños y baratos del resto de docentes, que vivía en una residencial exclusiva y que su casa era muy lujosa.
    También me dijeron que se rumoraba que le gustaban los chicos jovenes pasivos, aunque ninguno de nuestros compañeros lo daba por seguro. Pero como dice el dicho: “Cuando el rio suena, piedras trae”.
    
    Así pasaron los siguientes meses. Una o dos veces por semana veía a este hombre pasar con uno de sus lujosos carros, todos de color negro, unas grandes limosinas, ...
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