EL VIEJO QUE MÁS ODIABA ME COGIO - Relatos Eróticos

EL VIEJO QUE MÁS ODIABA ME COGIO

... pantalón de color beige, camisa amarillo pálido, se veía muy elegante, muy varonil, aunque lo odiaba, no pude evitar cierta admiración por su porte muy masculino comparado con el mío que era muy femenino.

Se acercó sonriendo, siempre son esa mirada lujuriosa que me hacía estremecer. me saludo con la mano la cual retuvo la mía unos segundos, la acarició y la apretó levemente y cuando la retiró lo hizo deslizando y sobando mis dedos, yo estaba temblando, otro escalofrío recorrió todo mi cuerpo, especialmente mi colita.
Te estaba esperando dijo, la empleada llegó de nuevo y le preguntó qué iba a tomar, un café dijo y se sentó frente a mí, Su mirada seguía siendo lujuriosa, tenía una sonrisa que a mí me pareció maligna.
¿Traes el trabajo preguntó? Cuando yo iba a entregar el folder y él a recibirlo yo no sé si a propósito o no, su mano chocó con mi taza de café y cayó sobre el mantel derramando el café en mi camisa y mi pantalón manchándolos. Mi reacción fue de levantarme, en parte porque el café estaba caliente.
Dios mio, qué torpe soy dijo, ya te manche toda la ropa.
Se levantó, se acercó a mí, me tocó la camisa y disimuladamente me sobó un pezón, yo sentí una corriente eléctrica que bajó de mi cuello por toda mi espalda hasta mis glúteos y juro que hasta mi rajita.
Ven me dijo, vamos a limpiarte y me tomó de la mano y me guió hacia el interior de la casa. Yo estaba embobado, no sabía qué hacer, solo me dejaba llevar, estaba como hipnotizado.
Entramos a la casa, el ...

... seguía guiándome tomado de la mano la cual apretaba de manera muy sensual, yo solo lo seguía, me llevó al dormitorio que era enorme, con una cama “King size”

Quítate la camisa me dijo, vamos a limpiarla. Yo no hacía nada sólo hacía lo que él me indicaba, estaba como en un trance. Me despoje de la camisa, no llevaba interior, dejando al descubierto mi pecho lampiño, mis pezones que estaban erectos y mi abdomen plano, no marcado, pero liso, sin nada de grasa y mostrando mi estrecha cintura, el pantalón también me dijo, vamos a limpiarlo, yo obedecía como un robot, no era dueño de mí mismo. Me desabotono el cinturón, me bajó el pantalón y me lo quitó. Mi trusa (calzoncillo) también estaban manchados de café. Mira me dijo, si de verdad te ensucié todo, quítate el calzoncillo me dijo y agarró el elástico y me lo bajó hasta las rodillas quedando yo completamente desnudo ante él. Tienes un lindo cuerpo dijo, tu cintura es bellísima, tu pancita es muy linda y acercó una mano a mi pezón derecho y lo apretó que rico que estás dijo.
Yo no sabía lo que estaba pasando, solo me dejaba hacer, me agarró por la cintura y me acercó a él, buscó mi boca y me besó en los labios. No sabes cuánto tiempo he esperado para esto dijo y bajó su mano a mi pene, ahí me di cuenta de que yo tenía una pequeña erección, acarició y apretó mi nalga derecha, otro escalofrío, me llevó lentamente hacia la cama, me sentó en ella, me abrazó y comenzó a besar mi cuello, mi piel se erizó, me acostó, se puso sobre mí, ...